El Papa Francisco se reunió con jóvenes en Grecia este 6 de diciembre a quienes les explicó en qué consiste la fe, los animó a dejarse amar por Dios y a tener valentía de tomar decisiones por las que vale la pena arriesgarse, pues son las que dan el sentido a la vida.
Se trató del último evento de su viaje apostólico internacional número 35 en el que visitó Chipre y Grecia desde el 2 diciembre.
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Este lunes por la mañana, al llegar a la escuela San Dionisio de las Hermanas Ursulinas de Marusi, el Papa fue recibido con afecto por numerosas personas que lo esperaban afuera para saludarlo, algunas de ellas le entregaron obsequios.
Antes de entrar a la escuela, un grupo de niños cantó con alegría una canción.
Después, el Papa fue recibido con ovaciones por parte de los jóvenes y un coro de jóvenes entonó la canción "Jesus Christ you are my life", himno de la JMJ del año 2000 en Roma.
Al comenzar el programa del evento el obispo responsable de la pastoral juvenil de Grecia pronunció el saludo de bienvenida al Santo Padre en el que le explicó que en el gimnasio de esta escuela estaban presentes jóvenes que habían viajado de todas las partes de Grecia. Muchos de los jóvenes eran hijos de migrantes de países como Filipinas, Ucrania, Polonia y Croacia, quienes han crecido, o incluso nacido, en Grecia.
Luego hubo un baile tradicional con trajes típicos griegos.
Posteriormente, llegó el tiempo de los habituales testimonios, intercalados por cantos. Compartieron brevemente su historia una joven griega, una joven filipina y un joven sirio acompañado de su hermano, ambos residentes en Grecia, relató que tuvieron que escapar por la guerra en 2014 con su familia.
En su largo discurso, en el que improvisó en varias ocasiones, el Papa Francisco agradeció la presencia de los jóvenes, renovó su gratitud por la acogida y por todo el trabajo que llevaron adelante para organizar su visita.
Al retomar el testimonio de una joven que relató que tuvo dudas de fe, el Santo Padre alentó a todos a no tener miedo de las dudas, "porque no son faltas de fe, no tengan miedo de las dudas. Al contrario, las dudas son 'vitaminas de la fe', ayudan a robustecerla, a hacerla más fuerte, es decir, más consciente, más libre y más madura. La hacen más disponible a ponerse en camino, a seguir adelante cada día con humildad".
En esta línea, el Papa explicó que "la fe es un camino cotidiano con Jesús que nos lleva de la mano, nos acompaña, nos alienta y, cuando caemos, vuelve a levantarnos. Es como una historia de amor, donde siempre se sigue adelante juntos, día tras día. Y como en una historia de amor, llegan momentos en los que es necesario interrogarse, hacerse preguntas. Y hace bien, hace crecer el nivel de la relación".
Luego, el Papa pidió rechazar los pensamientos que llevan a la soledad y a la tristeza porque "es una tentación que hay que rechazar. El diablo nos mete esta duda en el corazón para arrojarnos en la tristeza".
"¿Qué hay que hacer? ¿Qué hay que hacer cuando una duda de este tipo se vuelve sofocante y no nos deja en paz, cuando se pierde la confianza y no se sabe por dónde comenzar? Es necesario volver a encontrar el punto de partida", afirmó el Papa.
De este modo, el Santo Padre explicó que se trata del asombro, del maravillarse, porque "el asombro no es sólo el comienzo de la filosofía, sino también el inicio de nuestra fe" ya que "en cada encuentro con Dios existe el asombro".
"Tener fe no consiste principalmente en un conjunto de cosas que hay que creer y de preceptos que hay que cumplir. El corazón de la fe no es una idea o una moral, sino una realidad, una realidad bellísima que no depende de nosotros y que nos deja con la boca abierta: ¡somos hijos amados de Dios!", indicó el Pontífice.
Luego, el Papa recordó a los jóvenes que "a los ojos de Dios cada uno de ustedes es infinitamente hermoso" por lo que invitó: "Déjate amar por quien siempre cree en ti, por quien te ama más de cuanto tú mismo puedas llegar a amarte".
Asimismo, el Santo Padre se refirió al "asombro del perdón" para subrayar que "Dios perdona siempre, somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón" y advirtió sobre "el peligro de olvidarnos de lo que somos, obsesionados por miles de apariencias, por mensajes machacones que hacen depender la vida de la ropa que usamos, del automóvil que conducimos, del modo en que nos miran los demás".
"Reconoce que vales por lo que eres, no por lo que tienes. No vales por la marca de la ropa o por el calzado que llevas, sino porque eres único, eres única", sugirió el Papa.
En este sentido, el Santo Padre alertó sobre los "mensajes seductores e insistentes, que apuntan a beneficios fáciles, a las falsas necesidades del consumismo, al culto del bienestar físico, a la diversión a toda costa. Son muchos fuegos artificiales, que brillan por un instante, pero sólo dejan humo en el aire".
"¡Por eso es importante alimentar el asombro, la belleza de la fe! No somos cristianos porque debemos, sino porque es hermoso. Y precisamente porque queremos proteger esta belleza decimos no a lo que quiere ensombrecerla", dijo el Papa.
Además, el Santo Padre señaló la importancia de "ver la vida como un servicio" porque "dedicarse a los demás no es de perdedores, es de vencedores; es el camino para hacer algo realmente nuevo en la historia".
Finalmente, el Papa respondió al testimonio del joven sirio y aconsejó alimentar "la valentía de la esperanza".
El Santo Padre reconoció que "elegir es un desafío, es afrontar el miedo a lo desconocido, es salir del pantano de la aprobación, es decidirse a tomar la propia vida entre las manos. Para tomar decisiones adecuadas, pueden recordar una cosa: las buenas decisiones incluyen siempre a los demás, no sólo a uno mismo".
"Esas son las decisiones por las que vale la pena arriesgarse, los sueños que hay que realizar; aquellos que requieren valentía y que implican a los demás", afirmó.
De este modo, el Papa alentó a los jóvenes a tener "valentía para ir hacia adelante, valentía para arriesgar, valentía de no permanecer en el sofá, ir hacia los demás, nunca aislado, siempre con los otros, con esta valentía cada uno se encontrará a sí mismo, encontrará al otro, encontrará el sentido de la vida".
Tras el discurso del Papa, varios jóvenes recitaron diferentes oraciones y al finalizar, el Santo Padre impartió su bendición.
Antes de marcharse, el Papa recibió un regalo de unas jóvenes, con quienes conversó brevemente. Al salir de la escuela, el coro de niños volvió a entonar alegres canciones en griego y el Santo Padre saludó a diferentes personas antes de subir al coche para dirigirse al aeropuerto y comenzar su viaje de regreso a Italia.