El Papa Francisco dijo hoy que la capacidad de custodiar el corazón es una gracia que Dios nos ha dado para combatir al demonio, que sabe "disfrazarse de ángel y convencerte", haciendo que las cosas resulten "incluso peor que al principio".
En la Audiencia General de este miércoles, que ya se celebra en el interior del Aula Pablo VI del Vaticano debido al mal tiempo, el Papa Francisco introdujo la fase final sobre sus catequesis sobre el discernimiento.
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Durante las últimas audiencias, el Papa habló acerca de los elementos de discernimiento; la oración, el conocerse a uno mismo, el deseo y el "libro de la vida" y también la desolación y la consolación.
Hoy habló de la necesidad de estar "vigilantes" tras la confirmación de la elección hecha. Es decir, la "actitud de la vigilancia" ante el demonio.
"Ya que el riesgo está, y el aguafiestas, el maligno, puede arruinarlo todo, haciéndonos volver al punto de partida, es más, en una condición aún peor", advirtió el Santo Padre.
Dijo además que esto se puede explicar como "la actitud ordinaria para tener en la conducta de vida, de forma que nuestras buenas elecciones, realizadas a veces después de un arduo discernimiento, puedan proseguir de forma perseverante y coherente y dar fruto".
A continuación, el Papa señaló que si hay una falta de vigilancia existe "el riesgo de que se pierda todo", ya que el maligno "espera precisamente el momento en el que estamos demasiado seguros de nosotros mismos".
Por ello, el Papa subrayó la necesidad de "custodiar el propio corazón" y dijo que "cuando confiamos demasiado en nosotros mismos y no en la gracia de Dios, entonces el maligno encuentra la puerta abierta".
En esta línea, advirtió acerca del "demonio educado que entra sin que te des cuenta" y aseguró que la falta de vigilancia puede hacer que se pierdan las batallas.
"No basta con hacer un buen discernimiento y realizar una buena elección. Es necesario permanecer vigilantes", dijo el Santo Padre.
Además, explicó que la capacidad de custodiar es una gracia que Dios nos ha dado para combatir al demonio, aquel que sabe "disfrazarse de ángel y convencerte", haciendo que las cosas resulten incluso peor que al principio.
"La vigilancia es signo de sabiduría, es signo sobre todo de humildad, que es el camino maestro de la vida cristiana", dijo por último el Papa Francisco.