Jesús Colina, fundador y director de la agencia católica de información Zenit, ha comunicado su renuncia a petición del Consejo directivo de la agencia ante la decisión de los Legionarios de Cristo de dar una identidad más institucional a ese proyecto editorial.
Zenit, creada hace 14 años como una agencia independiente que busca informar sobre "el mundo visto desde Roma", se ha convertido en un punto de referencia en Internet, con ediciones cotidianas en 7 idiomas.
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Colina ha sido nombrado por Benedicto XVI consultor del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, y ha recibido el premio de la Fundación Path to Peace de la Santa Sede en las Naciones Unidas.
En una entrevista exclusiva concedida a ACI Prensa desde Roma, Colina explicó los detalles de esta situación. A continuación publicamos el diálogo con el periodista.
ACI Prensa: ¿Cuáles son los motivos de tu renuncia?
Jesús Colina: El actual presidente del Consejo de Zenit, el sacerdote legionario de Cristo Óscar Náder, me ha pedido este paso por considerar que mi persona, ligada a varias iniciativas católicas de comunicación, no ofrece una idea clara de la identidad institucional de la agencia Zenit que a partir de ahora quiere comunicar la congregación de los Legionarios de Cristo.
ACI Prensa: ¿Cómo te explicas esta decisión?
Jesús Colina: Bueno en realidad creo que esta decisión constituye el final de un camino de pérdida de confianza mutuo comenzado hace ya unos años. La manera en que la Legión de Cristo ocultó las informaciones sobre el padre Marcial Maciel, descubiertas a cuenta gotas por la prensa, hace que se resquebraje la confianza en esta institución por parte de un director de agencia de noticias.
Yo comprendo la dificultad de la situación en que se encontraron los superiores de los Legionarios de Cristo. Ahora en declaraciones públicas ellos han informado que tenían pruebas de las diferentes vidas del padre Maciel ya años antes de su fallecimiento.
Sin embargo, a pesar del comunicado emitido por la Santa Sede en 2006, incluso en su muerte y después de su muerte, siguieron presentándole como un ejemplo de vida.
Los superiores me invitaron a la misa celebrada en la capilla del Centro de Estudios Superiores de los Legionarios de Cristo, treinta días después de su fallecimiento. En la homilía se le presentó ante centenares de religiosos al padre Maciel como un ejemplo de vida a seguir.
Esto es particularmente grave, pues una cosa es evitar el escándalo al informar sobre los crímenes o sobre la doble vida (aunque habría que decir tripe o cuádruple) del padre Maciel,y otra muy diferente es seguir manteniendo ese mito de santidad que la congregación había promovido durante su vida.
Además, dado que pasaron años desde el comunicado vaticano en el que se pedía al padre Maciel retirarse y el reconocimiento público de sus mentiras y delitos, se difundió entre los religiosos y personas cercanas a los legionarios la impresión de que el Papa le había castigado injustamente.
Esto para mí es gravísimo sobre todo si se tiene en cuenta todo lo que ha hecho este Papa por la congregación.
ACI Prensa: Pero, dado que en realidad son los Legionarios quienes han pedido tu renuncia todo da a entender que ellos también han perdido la confianza en ti.
Jesús Colina: Sí, indudablemente, la confianza es un sentimiento que tiene una doble dirección, no puede ser unidireccional. En los dos últimos años, todo lo que ha vivido la congregación ha generado tensiones.
Hace dos años la redacción de Zenit pidió al Consejo una administración totalmente separada y trasparente como garantía de independencia ante cualquier acusación. Zenit es una agencia que vive de donativos de sus lectores y debe poder explicar por qué manos pasa cada dólar.
A pesar de que el Consejo prometió un sistema así, en la práctica no se ha hecho. Yo estoy convencido moralmente de que el dinero que nos ha llegado de los lectores siempre ha ido totalmente a Zenit. Sin embargo, formal y administrativamente no lo puedo demostrar.
Como se puede comprender, mis continuas quejas ante esta situación han llevado a que los superiores de los Legionarios también pierdan la confianza en mí.
Esta confianza se resquebrajó totalmente cuando, para solucionar estas cuestiones y ofrecer un futuro editorial y una mayor representatividad eclesial, propuse la entrada de otras realidades católicas en el Consejo de Zenit. Esta propuesta no sólo no fue escuchada, sino que además ha precedido mi despido.
ACI Prensa: Tú conociste bien al padre Maciel, incluso publicaste un libro entrevista ¿Sabías algo de su vida privada?
Jesús Colina: Como la inmensa mayoría de las personas que le conocieron, incluido Juan Pablo II, nunca hubiera podido imaginar que fuera culpable de los delitos que ahora se han podido comprobar. En los encuentros que mantuve con él, siempre creí que me encontraba ante un auténtico sacerdote.
Este es el "enigma" del padre Maciel del que habla Benedicto XVI en su libro. No tuve nunca dudas sobre él hasta que el Vaticano publicó el comunicado en el que le invitaba a retirarse a una vida de oración y penitencia.
El repaso de su biografía y el crecimiento impresionante de las obras que fundó, me llevaban a creer que en el origen debía haber una autenticidad cristiana. Había algunos detalles que en ocasiones podían sorprenderme, como por ejemplo, un cierto gusto por la apariencia, pero yo lo atribuía a su origen cultural. Como tantas otras personas yo también he vivido el shock de descubrir la mentira en una persona que se nos había presentado como modelo de vida.
ACI Prensa: Hace 20 años que trabajas como corresponsal en Roma y 14 desde que comenzaste Zenit, ¿qué balance sacas?
Jesús Colina: El caso Maciel y sus comprensibles trágicas consecuencias no desdibuja la aventura humana, espiritual y profesional que viven quienes tienen la suerte de dedicar su vida a cubrir informativamente la vida del Papa y de la Santa Sede.
Como periodista ves las debilidades humanas, pero también ves mucha santidad, una inmensa obra de caridad al servicio de los más necesitados. He podido conocer a Juan Pablo II y ahora a Benedicto XVI: dos personajes de una talla espiritual e intelectual sorprendente.
Toda esta profundidad y santidad no puede quedar ofuscada por las mentiras del padre Maciel. Sinceramente conozco muchos sacerdotes y seminaristas Legionarios de Cristo y considero que son auténticos cristianos, mártires en cierto sentido de la realidad que están afrontando con tanto amor a Cristo y a la Iglesia.