El P. Gerard Francisco Timoner III, sacerdote filipino, fue elegido este 13 de julio como Maestro de la Orden de Predicadores (Dominicos), convirtiéndose en el primer asiático en ser sucesor de Santo Domingo de Guzmán.
La elección se produjo en el marco del 290º Capítulo General electivo de la Orden de Predicadores, que se realiza en Biên Hoà (Vietnam) del 7 de julio al 4 de agosto.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El P. Timoner también es el tercer sucesor de Santo Domingo no europeo. En el siglo XVII el sacerdote mexicano Antonio Monroy ocupó el cargo, y entre 2001 y 2010 el argentino P. Carlos Azpiroz fue Maestro de la Orden de Predicadores.
Santo Domingo, nacido en Careluga, en la actual Castilla y León (España), nació el 8 de agosto de 1117, y es considerado el patrón de los astrónomos. En 1215 comenzó la Orden de Predicadores, confirmada or el Papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216.
Nacido en 1968 en Daet, Camarines del Norte (Filipinas), el P. Timoner fue ordenado sacerdote en 1995 y se ha licenciado en Filosofía y Teología. Se doctoró en la Universidad Católica de Nijmegen, en Países Bajos, en 2004.
Ha sido prior en la provincia dominica en Filipinas, así como vicecanciller y vicerrector de asuntos religiosos de la Universidad Santo Tomás de Manila, en ese país.
En su primer mensaje como Maestro de la Orden de Predicadores, el sucesor de Santo Domingo recordó que el fundador reiteraba que los dominicos "no es que nos limitemos a predicar, es que somos predicadores. Misión no es lo que hacemos, misión es lo que somos".
El P. Timoner destacó también que "la esencia de la Iglesia es la comunión, concretado de una manera extraordinaria cuando los hermanos celebran la eucaristía".
"Los dominicos tenemos que servir a la Iglesia con aquello que somos: una comunión de hermanos. Ayudar a esta Iglesia a llegar a ser una fuerte comunión de hermanos".
Los dominicos, continuó, "no tenemos que mirarnos a nosotros mismos continuamente, sino que tenemos que mirar a la Iglesia a la que tenemos que ayudar a servir y construir".