La dictadura de Daniel Ortega disolvió Cáritas Nicaragua, la organización de ayuda solidaria de la Iglesia Católica que asiste a los más necesitados en el país centroamericano.
El 7 de marzo, en el diario oficial La Gaceta, se informó del acuerdo ministerial 30-2023-OSFL del Ministerio de Gobernación, dirigido por la ministra María Amelia Coronel Kinloch, que cancela la personalidad jurídica de Cáritas Jinotega y Cáritas Nicaragua.
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El texto señala que "el 31 de enero del año dos mil veintitrés, mediante Acta No. 79 de Asamblea Extraordinaria de Miembros de Cáritas Nicaragua, acordaron la Disolución Voluntaria y liquidación de dicho organismo, por decisión unánime de sus miembros, solicitando Cáritas Nicaragua, ante la Dirección General de Registro y Control de Organismos sin Fines de Lucro del Ministerio de Gobernación, la Cancelación de la Personalidad Jurídica por Disolución Voluntaria".
Por ello, se procedió a la cancelación de la personalidad jurídica de Cáritas Nicaragua y se ordenó a la "Dirección General de Registro y Control de Organismos sin Fines de Lucro del Ministerio de Gobernación, proceder a la cancelación del Registro y número perpetuo asignado a Cáritas Nicaragua".
Según señala el medio nicaragüense Artículo 66, "las trabas interminables que la dictadura de Nicaragua impuso a Cáritas de Nicaragua y a la Asociación Cáritas Diocesana de Jinotega" forzó a que solicitaran su disolución.
Cáritas Jinotega informó, a inicios de febrero, que tendría que cerrar, ya que el Ministerio de Gobernación le negó la autorización para recibir donaciones de otros organismos.
Cáritas Jinotega ayudaba con comida para los más pobres, donaciones de muletas y prótesis, entregaba medicinas a bajo costo, entre muchas otras obras de caridad.
En 2019, Mons. Carlos Herrera Gutiérrez, Obispo de Jinotega y actual presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, denunció que el régimen había bloqueado el ingreso de donaciones internacionales, incluido el vino para consagrar en Misa.
El cierre de Cáritas fue anunciado el mismo día en que la dictadura disolvió dos universidades, incluyendo la Universidad Católica Juan Pablo II.