La Diócesis de Málaga Soatá (Colombia) dio el último adiós al P. José Miguel Vergara Camacho, párroco de San Miguel y hallado muerto el lunes por la tarde en su casa parroquial.
Según informa Blu Radio, los fieles esperaban el lunes 27 que el sacerdote de 40 años celebrara la Misa por la tarde, como lo hacía habitualmente, pero se enteraron de la muerte del presbítero a través de las redes sociales.
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"Él estaba muy preocupado, la verdad, por los casos de COVID-19 que se habían presentado en (el departamento de) Santander y en la provincia de García Rovira, incluso, él era muy temeroso a salir. Yo creo que por el encierro y las noticias que nos agobian a todos el hombre se encerró en su mundo", dijo el alcalde de San Miguel, Fidel Castro Sánchez.
El P. Vergara había llegado hace tres años al municipio de San Miguel y era querido por la población. El alcalde Fidel Castro lo recuerda como un hombre sencillo y humilde en el trabajo que desempeñaba con la comunidad.
Las autoridades llegaron a la casa cural e hicieron el levantamiento del cadáver del sacerdote. Pocas horas después arribaron al municipio sus familiares procedentes del departamento de Boyacá.
Las autoridades investigan las causas del deceso.
En un mensaje compartido en la cuenta de Facebook de la Diócesis de Málaga Soatá, el Obispo José Libardo Garcés Monsalve, dijo que "vivimos hoy un momento de cruz y de dolor a causa de la muerte del Padre José Miguel Vergara, Párroco de la parroquia de San Miguel. Es momento para acompañar a su familia, le ofrecemos nuestra solidaridad y nuestra oración permanente de parte del obispo, de los sacerdotes, de los seminaristas y de los fieles".
"Y mi acompañamiento con mi oración para la parroquia de San Miguel, todos los feligreses que recibieron la enseñanza y la bendición a través del Padre José Miguel con su ministerio sacerdotal", agregó el Prelado
"¿Qué nos queda en este momento? Oración. Frente a acontecimientos difíciles en la vida, uno puede hacerse muchas preguntas que no tienen respuesta y la respuesta está en Dios. Cuando no hay respuestas para muchas interrogantes y muchas inquietudes, la única respuesta es la oración, el encuentro con el Señor que lo llena a uno de su gracia y nos da paz", resaltó Mons. Garcés.
El Obispo propuso luego tres "ejercicios espirituales" ante esta situación: "la Eucaristía, la oración y el Rosario que nos van a dar paz, fortaleza y esperanza cristiana".