Sonia Bibi, una joven cristiana de 20 años de Multan (Pakistán) fue cubierta de gasolina y quemada viva tras rechazar el matrimonio con un musulmán que la habría obligado a renunciar a su fe. Afortunadamente no murió, pero tienen el 80% de su cuerpo cubierto con quemaduras graves.
Pakistan : une femme grièvement brûlée par celui qu'elle a refusé en mariage https://t.co/Ph4nlNQFsk pic.twitter.com/hw3FK8UNVp
- Le Parisien (@le_Parisien) octubre 23, 2015
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Su pretendiente, Latif Ahmed, se encuentra en la cárcel.
Según apunta el periodista Paolo Affatato de la agencia Fides, las mujeres pertenecientes a minorías religiosas en Pakistán son violadas, abusadas y obligadas a casarse contra su voluntad.
Alrededor de mil jóvenes sufren algunas de estas consecuencias, pero cuando se trata de mujeres hindúes o cristianas (principales minorías religiosas en Pakistán), su situación es aún más vulnerable porque los hombres musulmanes se sienten impunes ante los delitos que puedan cometer.
E incluso, en ocasiones, cuentan con el consentimiento de la policía.
"Es muy difícil hacer justicia y conseguir que se les castigue a los responsables. Porque en estos casos la policía no reacciona, o incluso peor, se une a los violadores", apunta el abogado cristiano Sadar Mushtaq Gill, que ha llevado varios casos relacionados.
Las familias reciben presiones para que retiren las denuncias y por eso estas historias pocas veces salen a la luz.
El delito de la conversión forzada al islam está muy extendido y no se considera como tal por parte de las autoridades civiles.