Después del veredicto de culpabilidad en el juicio del Arzobispo Emérito de Sydney, Cardenal George Pell, algunos testigos en Australia han cuestionado la integridad del proceso, sobre el que rige una orden judicial que prohíbe a los medios australianos informar del caso.
El Cardenal fue declarado culpable de cinco cargos el 11 de diciembre por haber abusado sexualmente de dos coristas cuando era Arzobispo de Melbourne a fines de los años 90. El veredicto unánime fue posterior a un juicio declarado nulo, en el cual, según confirmó CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– con múltiples fuentes, un jurado votó 10 a 2 a favor de un veredicto de "no culpabilidad".
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El actual veredicto que lo declara culpable será el primer juicio del proceso. Un segundo juicio fue programado para febrero de 2019, en el que el Cardenal Pell enfrentará nuevas acusaciones de abuso que se remontan a la década de 1970, tiempo en el que se desempeñó como sacerdote en Ballarat.
Las restricciones impuestas a los medios de comunicación locales por el Tribunal del Condado de Victoria significan que el progreso o los resultados del juicio no pueden ser cubiertos ni transmitidos electrónicamente en Australia. Tampoco se permite en el país el debate en los medios sobre las acusaciones o la defensa del Cardenal Pell.
Aquellos que violen la ordenanza pueden estar sujetos a cargos de desacato por parte de los fiscales de Victoria.
Sin embargo, CNA habló con varias fuentes familiarizadas con el caso del Cardenal Pell, las cuales, en su totalidad, expresaron incredulidad en el veredicto. Las fuentes decidieron hablar desde el anonimato debido a la orden judicial.
"Han condenado a un hombre inocente. Lo peor es que saben que lo han hecho", dijo a CNA una fuente directamente familiarizada con la evidencia.
Otra persona que asistió a todo el juicio en persona, pero que no está relacionada con el equipo legal del Cardenal Pell, dijo a CNA que los abogados del Purpurado habían hecho una "defensa incontestable".
"Era absolutamente claro para todos en la corte que las acusaciones eran infundadas. No fue únicamente que el Cardenal Pell no hizo lo que se le acusa, si no que claramente no pudo haberlo hecho", afirmó.
Según las acusaciones el Cardenal Pell agredió a los dos coristas en la sacristía de la Catedral de Melbourne en varias ocasiones inmediatamente después de la Misa dominical.
La defensa presentó testigos que declararon que el Cardenal nunca estuvo solo en la sacristía con monaguillos o miembros del coro y que varias personas habrían estado presentes en la habitación.
La sacristía en la Catedral de Melbourne tiene habitaciones grandes de planta abierta, cada una con arcos y pasillos abiertos, y múltiples entradas y salidas, señaló la defensa.
Los abogados defensores también presentaron testigos que certificaron que el Cardenal Pell estaba constantemente rodeado de sacerdotes e invitados después de las Misas dominicales en la catedral, y que los coristas tenían una sala completamente separada de la sacristía a la que asistían en grupo, antes y después de la Eucaristía.
También se cuestionó si algunas tácticas judiciales utilizadas por los fiscales estatales tenían la intención de avivar los sentimientos anticlericales en los miembros del jurado.
Por ejemplo, un sacerdote jesuita fue llamado como testigo clave por la defensa, pero los fiscales lo calificaron como un "hermano cristiano", dijo un observador de la corte a CNA.
"Fue un movimiento descarado, pero resume el tipo de sentido anticatólico y anticlerical de todo el juicio", dijo la fuente.
La discusión completa de los cargos y la evidencia presentada contra el Cardenal Pell sigue siendo imposible debido al bloqueo informativo. La ordenanza se impuso a solicitud de los fiscales en junio, quienes argumentaron que la atención de los medios podría sesgar el caso.
"Es absurdo. cualquier católico en Victoria puede decirle que nuestros medios de comunicación han estado impregnados de cobertura anticatólica, anticlerical y especialmente anti-Pell durante más de dos décadas", dijo otra fuente directamente familiarizada con el juicio.
En una columna de mayo de 2015 para The Australian, el periodista Gerard Henderson dijo que el Cardenal Pell fue víctima de una "cacería de brujas moderna" y denunció la cobertura parcial e inexacta en su contra.
Henderson también notó que, como Arzobispo de Melbourne, el Cardenal Pell introdujo un nuevo programa para lidiar con las acusaciones de abuso sexual y para compensar a las víctimas a los pocos meses de su llegada.
"En toda la evidencia disponible, Pell estuvo entre los primeros obispos católicos en el mundo en abordar el tema del abuso sexual infantil por parte del clero", concluyó Henderson.
Si bien la discusión abierta sobre el caso sigue siendo imposible en Australia, las preocupaciones acerca de un grupo de jurados sesgados en el segundo juicio han comenzado a surgir indirectamente.
"Los fiscales pueden volver a enjuiciarlo hasta que obtengan una condena, pero no puede haber ninguna discusión sobre lo que se le acusa, no hay escrutinio de la evidencia en su contra, y no se cuestiona el veredicto. ¿En qué planeta está esta justicia?", dijo una fuente cercana al Cardenal Pell.
Se espera que el Cardenal Pell sea sentenciado en enero. Puede apelar el veredicto de culpabilidad ante el Tribunal Supremo de Victoria.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.