Blizzard Entertainment, una empresa desarrolladora de videojuegos estadounidense, contrató a artistas para que pintaran decenas de murales de demonios, guerreros y bestias en los interiores de una capilla francesa desacralizada para publicitar el lanzamiento de Diablo IV.
Diablo IV es un videojuego de rol de acción en un mundo de fantasía, donde guerreros humanos batallan contra demonios que son liderados por Diablo, el principal antagonista.
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En la Chapelle des Jesuites (Capilla de los Jesuitas) en Cambrai, ubicada en el norte de Francia, un grupo de artistas encabezados por Adam Miller elaboró 20 pinturas temporales en el techo, la cúpula y la pared posterior del templo.
La capilla de estilo barroco, construida entre 1678 y 1694 —que alguna vez perteneció a la Compañía de Jesús y luego a la Diócesis de Cambrai— se encontraba en desuso y está desacralizada desde 1906, lo que significa que allí ya no se celebra el culto católico.
En un video publicado en redes sociales por la cuenta oficial de Diablo IV, se explica que la creación de la “Catedral del Diablo” es parte de una campaña de mercadeo para “inmortalizar” a los jugadores más destacados que probaron el juego en una versión beta gratuita.
En una entrevista concedida a ACI Prensa el 25 de mayo, el P. Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, de la diócesis española de Getafe (España), criticó el uso “grotesco y desafortunado” de la capilla.
El sacerdote explicó que “la gente no distingue si está o no desconsagrada, la gente ve una iglesia e imágenes de demonios dentro”.
“A mí me parece algo doloroso para el alma. Denota que hay una intención de llamar la atención de unos y provocar a otros para tener mayor difusión y así generar mayor impacto y ventas. Esto es algo que es profundamente inmoral. En publicidad no vale todo”, continuó el presbítero.
El P. Juan Manuel Góngora, sacerdote de la diócesis de Almería (España), explicó a ACI Prensa que, “a pesar de lo desolador del asunto, no se puede hablar de acto sacrílego, ya que el templo está desacralizado y por lo tanto ya no es un lugar de culto”.
“Eso no quita que sería lícito pedir a los actuales propietarios que actúen de un modo más respetuoso con la historia del edificio”, señaló el 25 de mayo.
El problema de la secularización
El P. Góngora considera que esta noticia “nos debe conducir a la reflexión de la deriva secularizante en muchas diócesis de Europa”.
“El problema ya no está tanto en que se utilice un espacio desacralizado para usos comerciales de cualquier índole -en este caso de la promoción de un videojuego donde se representa la lucha del bien y el mal-, sino que tristemente reside en cómo se da lugar a la desacralización de tantísimos templos en Centroeuropa”, lamentó
El P. Bronchalo, por su parte, añade que quien dio la orden de pintar la capilla “sabe lo que está haciendo”. “Además diría que en la medida en que hemos quitado a Dios de nuestras sociedades, vuelve el gusto por lo feo y lo demoníaco se convierte en reclamo”, agregó.
“Me parece que C.S. Lewis definió muy bien con una frase algo que se puede aplicar a este tipo de campañas que quieren disfrazarse de ‘inocentes’: ‘el mayor logro del demonio es haber hecho creer a muchos que no existe’”, concluyó.