El Arzobispo de Chicago (Estados Unidos), Cardenal Blase Cupich, elevó sus oraciones por las víctimas del tiroteo que este lunes 4 de julio ocurrió en la localidad de Highland Park, estado de Illinois, y que dejó al menos 6 muertos y más de 30 heridos en un desfile por la independencia de Estados Unidos, algo que calificó como "una tragedia indescriptible".
"Únanse a mí para rezar por las víctimas y sus seres queridos, quienes nunca imaginaron que una celebración del 4 de julio podría convertirse en un campo de exterminio", dijo el Cardenal en un comunicado publicado en el sitio web de la Arquidiócesis de Chicago.
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"Oremos también por la seguridad de los socorristas mientras persiguen a la persona responsable de esta tragedia. Corrieron valientemente hacia el peligro para tratar a las víctimas y proteger a otros del daño", exhortó.
De acuerdo a CNN en Español, la policía de Highland Park dio a conocer que han identificado como posible sospechoso del tiroteo a Robert E. Crimo III, de 22 años, quien estaría a bordo de un auto plateado con placas del estado de Illinois. Se considera peligroso y las fuerzas del orden trabajan en su captura.
El canciller de México, Marcelo Ebrard, informó que un mexicano murió en el tiroteo, y que otros dos mexicanos resultaron heridos.
De los heridos, 26 fueron trasladados al Hospital NorthShore Highland Park, y otros 5 fueron llevados al Hospital NorthShore Evanston.
Según Univisión, al menos 8 suburbios cancelaron sus eventos de celebración del 4 de julio por la independencia de Estados Unidos, mientras que Chicago anunció que reforzará la seguridad.
En su comunicado, el Cardenal Cupich indicó que las víctimas del tiroteo "tenían entre 8 y 85 años de edad. Las armas diseñadas para destruir rápidamente cuerpos humanos no tienen cabida en la sociedad civil".
El Purpurado alertó asimismo que "la policía de Chicago reportó al menos 55 heridos y 7 muertos desde el viernes (1 de julio), y el fin de semana festivo aún no ha terminado. La violencia armada es ahora la principal causa de muerte entre los niños estadounidenses".
Tras pedir mayor control de armas en el país, el Cardenal Cupich rogó para que "el Señor de la misericordia abrace con amor a los que han fallecido, lleve sanación a los heridos, consuelo a sus seres queridos y valentía a todos nosotros".
Esto último, concluyó, "para que podamos responder a esta tragedia unidos como hijos de Dios para construir un camino hacia la seguridad y la paz".