El Prefecto Emérito de la Congregación –hoy Dicasterio– para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, Cardenal Gerhard Müller, acusó al Camino Sinodal alemán de haberles robado a los católicos "la verdad del Evangelio" (Gál 2,5).
El Purpurado alemán señaló que el controvertido proceso ha hecho esto al aprobar resoluciones que reemplazan esa verdad con el producto de "una ideología homosexualizada, el verdadero centro de gravedad del sinodalismo alemán".
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En una entrevista con el periodista alemán Lothar Rilinger, disponible ahora para el Grupo ACI, el Cardenal Müller resaltó que esta es "una ideología reprensible que, en su craso materialismo, es una burla a Dios que creó al hombre a Su imagen y semejanza como masculino y femenino".
El Cardenal de 75 años señaló que el proceso alemán no era en ningún sentido "una discusión abierta basada en la Palabra de Dios" y no tenía "ningún fundamento en la constitución sacramental de la Iglesia".
Responsabilidad de los obispos alemanes
Tras destacar que la mayoría de los obispos alemanes votó a favor de varias resoluciones controvertidas, incluyendo la bendición de uniones homosexuales, la ideología transgénero y la ordenación de mujeres, Müller precisó: "No se puede señalar a la ignorancia o el miedo a la persecución por parte de dictaduras anticlericales o la seducción de propaganda que lava el cerebro como excusas para ambas".
De hecho, los obispos seguramente conocían "las enseñanzas antropológicas del Vaticano II sobre el matrimonio, la familia y la sexualidad, especialmente también sobre la unidad del cuerpo y el alma humanos en la persona", agregó.
Según Müller, los obispos alemanes también "vieron sus serios errores precisados públicamente por el mismo Papa y por dos prefectos competentes, de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Congregación para los Obispos".
Para muchos católicos, Müller es una autoridad y experto en cuestiones doctrinales. De hecho, el Purpurado alemán ha servido como Prefecto de la Congregación –hoy Dicasterio– para la Doctrina de la Fe entre 2012 y 2017, y fue profesor de teología dogmática de la Universidad de Múnich entre 1986 y 2002.
Müller también tiene varios grados en Filosofía y Teología. Antes de ser nombrado Prefecto en el Vaticano, el Cardenal sirvió como Obispo de la Diócesis bávara de Ratisbona, entre 2002 y 2012.
En la entrevista del 16 de marzo, el Cardenal resaltó que la "llamada bendición de uniones del mismo sexo" no era posible: "La apariencia de bendición no corresponde a ninguna realidad de la gracia que ayuda y es comunicada por Dios".
Citando el Evangelio, Müller subrayó que "el amor de Dios consiste en guardar Sus mandamientos. Sus mandamientos no son difíciles. Porque todo lo que viene de Dios vence al mundo, y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe" (1Jn 5,3f).
La advertencia de desunión del Papa Francisco
El "Camino Sinodal" –Synodaler Weg en alemán, a veces traducido como "Proceso Sinodal"– no fue un Sínodo. En vez de eso, el proceso iniciado por el Cardenal Reinhard Marx fue organizado por la Conferencia Episcopal Alemana, junto con el Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK, por sus siglas en alemán).
El objetivo establecido fue debatir cuatro temas principales: cómo se ejerce el poder en la Iglesia, el sacerdocio, el papel de las mujeres y la moral sexual.
Escribiendo sobre el "Camino Sinodal", el Papa Francisco advirtió sobre la amenaza a la unidad en su carta a los católicos de Alemania en 2019.
La más reciente intervención del Vaticano contra el proceso fue publicado por la Secretaría de Estado y en ella se advertía: "No sería permisible iniciar nuevas estructuras o doctrinas oficiales en las diócesis, antes de un entendimiento acordado a nivel de la Iglesia universal, lo que representaría una herida a la comunión eclesial y una amenaza a la unidad de la Iglesia".
En el vuelo papal de regreso de Canadá el 29 de julio de 2022, el Santo Padre resaltó: "Dije todo lo que tenía que decir sobre el Camino Sinodal" en la carta de 2019 a los católicos alemanes.
En la carta de 5.700 palabras (en alemán), el Papa Francisco advirtió de la amenaza a la unidad y alertó a los católicos alemanes a que eviten "el pecado más grande de mundanidad y de espíritu mundano antievangélico".
"Estemos atentos a la tentación del padre de la mentira y la división, al maestro de la separación que, impulsando buscar un aparente bien o respuesta a una situación determinada, termina fragmentando de hecho el cuerpo del santo Pueblo fiel de Dios", advirtió el Santo Padre.
En el vuelo de regreso de Canadá, el Papa comentó: "Sobre el camino sinodal yo escribí una carta, la hice solo. Un mes con oración, reflexión, consultas... y dije todo lo que tenía que decir sobre el camino sinodal. Más que eso no diré".