El Cardenal Reinhard Marx celebró el domingo una Misa con motivo de los "20 años de culto queer y cuidado pastoral" en Munich, en el sur de Alemania.
El Arzobispo de Múnich y Freising celebró la Misa el 13 de marzo en la iglesia de St. Paul, cerca de Theresienwiese de Munich, donde se celebra el Oktoberfest anual, informó CNA Deutsch, agencia en alemán del Grupo ACI.
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"Deseo una Iglesia inclusiva. Una Iglesia que incluye a todos los que quieren caminar por el camino de Jesús", dijo durante la Eucaristía.
Agregó que una Iglesia sinodal significa estar abierta, aprendiendo y resurgiendo siempre de nuevo en la fe, en la búsqueda de las "posibilidades de Dios", así como "en la cuestión de qué tenemos que decir sobre la sexualidad y qué tenemos decir sobre las relaciones de las personas".
El Purpurado de 68 años, miembro del Consejo de Cardenales Asesores del Papa Francisco, también dijo que "el reino de Dios es descubrir que Dios es amor, en todas sus dimensiones". Esto incluía la dimensión sexual pero no se limitaba a ella, agregó.
"Todas las relaciones humanas deben estar marcadas por la primacía del amor. Entonces pueden ser aceptados por Dios", dijo.
El Cardenal Marx, quien también es presidente del Consejo de Economía del Vaticano, criticó lo que llamó discriminación "de los cristianos contra la comunidad homosexual", y dijo que estaba "sorprendido de que esto continúe".
Todos tenían derecho a sus propios puntos de vista, agregó el Purpurado alemán, "pero el reconocimiento y la primacía del amor no puedo ponerlos en tela de juicio como obispo".
Asimismo, llamó a una "dinámica de apertura" que debería caracterizar el "Camino Sinodal" de la Iglesia Católica en Alemania, y dijo que esto era lo que el Papa Francisco quiso decir cuando enfatizó el valor de ir adelante para "descubrir lo que el Espíritu tiene que decir a nosotros hoy."
Después de la Misa, se llevó a cabo una "recepción no pública con representantes de la comunidad queer y el Cardenal Marx", según un comunicado de prensa del 7 de marzo.
La Arquidiócesis señaló que "el servicio de cuidado pastoral masculino de la arquidiócesis ofrece fines de semana dedicados a hombres homosexuales, bisexuales y trans, y hay otros programas que se ofrecen en el área del departamento de cuidado pastoral familiar y adulto, como retiros para LGBTI".
La Arquidiócesis citó a un líder del proyecto diciendo: "El ministerio Rainbow se ve a sí mismo como un servicio para la reconciliación de la Iglesia con la comunidad LGBTI. Trabaja para resolver teológicamente aquellas tradiciones y estructuras de la Iglesia que en el pasado han llevado o aún conducen a la discriminación y desvalorización de las personas LGBTI, a fin de superarlas".
El objetivo de la Arquidiócesis de Múnich, dijo, era que "las personas LGBTI experimentaran aprecio en las parroquias de toda la arquidiócesis" y encontraran programas "sobre su situación de vida, en los que se sientan aceptados y tomados en serio como personas y miembros de la Iglesia".
Varios prelados alemanes han pedido públicamente cambios en la postura de la Iglesia sobre la homosexualidad. También ha habido llamamientos similares en la vecina Austria.
Los obispos alemanes que hasta ahora han expresado públicamente su apoyo a la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo incluyen al Cardenal Reinhard Marx, al Obispo de Osnabrück, Mons. Franz-Josef Bode; al Obispo de Essen, Mons. Franz-Josef Overbeck; y al Obispo de Dresden-Meißen, Mons. Heinrich Timmerervers.
Mons. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, pidió en diciembre de 2020 cambios en la sección del Catecismo de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad, que fue promulgado por el Papa Juan Pablo II en 1992 como una guía autorizada de las enseñanzas de la Iglesia Católica.
Según CNA Deutsch, Mons. Bätzing dijo que creía que era necesario un cambio en el Catecismo, expresando su apertura a las bendiciones de las uniones homosexuales y diciendo que "necesitamos soluciones para esto".
El Catecismo afirma: "Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre que 'los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados' (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso".
"Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición", añade.
Concluye: "Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana".
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en CNA.