El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, presidió ayer la Misa Tedeum por el 194° aniversario de la independencia nacional, donde recordó la herencia cristiana del país y defendió la vida desde la concepción y el matrimonio entre varón y mujer, ante las nuevas colonizaciones ideológicas que quieren imponer el aborto y la ideología de género.
A la celebración Eucarística realizada en la Catedral de Lima asistieron el presidente Ollanta Humala, acompañado de su esposa, ministros y demás autoridades civiles. "La esencia de ser peruanos es mucho más grande que la suma de ideologías y situaciones coyunturales. El patriotismo militante respeta y convive fraternalmente con aquellas otras naciones que respetan a sus pueblos y saben reconocer en nuestra realidad americana la patria grande por su origen, por su cultura y por su fe cristiana", afirmó el Purpurado en su homilía.
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El Arzobispo recordó la reciente encuesta de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima encargada a la consultora Vox Populi donde "verificamos que el cristianismo es la fe del 94 por ciento de los peruanos, del cual el 80 por ciento es católico: esta realidad que campea de manera soberana en la gente más humilde y sencilla es clave para una correcta lectura del destino del país, respetando permanentemente esa laicidad del estado pero sin desconocer de dónde venimos y quiénes somos".
"¿Cómo no llamar la atención en la trascendencia de la moral cristiana, de la honradez, de la veracidad, de la justicia, de la dignidad de toda vida humana, del respeto a la honra? ¿Cómo no darnos cuenta que estos valores iluminan nuestros pueblos? En especial, la protección y promoción de la familia", indicó el Cardenal, que destacó la presencia del presidente Humala junto a su esposa. "Da gusto ver que nuestro país sigue teniendo un respeto a esa célula fundamental para el desarrollo, para la inclusión y para todo proyecto social. La inmensa mayoría de la población es lo que más valora: la familia", afirmó.
En ese sentido, el Arzobispo Primado del Perú invitó a todos los peruanos a defender la vida desde la concepción hasta su fin natural, el matrimonio entre un varón y una mujer y la familia como célula básica de la sociedad.
"Todo lo que fortalezca la familia tiene la aprobación del pueblo. Todo lo que dañe a la familia tiene la desaprobación del pueblo. No aceptemos el neocolonialismo promovido por algunas instituciones y organismos de países, poderosos materialmente hablando pero enfermos espiritualmente, el Perú tiene su propio camino, no debemos esperar iluminaciones de países que han renegado de su historia y origen y hoy caminan en la oscuridad de lo que ellos llaman prácticas modernas todas ellas en contra de la familia, el matrimonio y la vida", refirió.
Próximas elecciones
Durante su homilía, el Arzobispo exhortó a seguir buscando "el bien común dentro de un Estado de Derecho" y a rechazar toda forma "de descomposición social", como "la falta de cumplimiento de la palabra empeñada, las variadas especies de fraude y la injusticia. Por ello, la población tiene un sentimiento de inseguridad; y de corrupción política alarmantes".
"En los próximos meses entraremos en un período electoral, que exige de un suplemento de respeto en todos los peruanos, y de manera especial en quienes de alguna manera somos autoridad frente a un grupo humano. Debemos realizar un compromiso con la honradez y la transparencia del proceso en que se elegirá a nuestros gobernantes", indicó.
Por ello, hizo "una llamada muy especial de prudencia a los medios de comunicación se hace imprescindible para ayudar y orientar a nuestros compatriotas. La lícita variedad de opciones no significa ni otorga derechos para descalificar, insultar, dañar la honra de las personas en campañas destructivas de quienes no piensan como uno".
"El mundo nos contempla, hemos pasado a ser de esas naciones referentes. América Latina nos contempla con el deseo de ver que nuestra democracia se consolide y que el talante de solidaridad con los más pobres sea la bandera del Estado de Derecho y no la bandera de la violencia y agitación ideológica que tanto daño causó a nuestra patria".
"Vuelva el Perú a ocupar el lugar que tuvo en la historia de Sudamérica. Está el camino, está en nuestras manos y es un deber no faltar a esta hora en que la historia nos pone, a pocos años de celebrar el Bicentenario de nuestra independencia", culminó.