El Cardenal Raymond Leo Burke dijo el jueves que la Iglesia Católica en Estados Unidos está sufriendo posiblemente una de las peores crisis que jamás haya vivido y "una seria pérdida de confianza" en sus obispos que necesita ser restaurada luego de los escándalos de abuso sexual.
"Estamos frente a una crisis muy grave, que toca el corazón mismo de la Iglesia porque Nuestro Señor actúa en nombre del rebaño a través de esos pastores que fueron ordenados para actuar en Su persona, enseñando, celebrando los sacramentos y gobernando la Iglesia", dijo el Cardenal Burke el 16 de agosto en una entrevista concedida a Raymond Arroyo en el programa World Over del canal católico EWTN.
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El Cardenal Burke, de 70 años, es Prefecto Emérito de la Signatura Apostólica. Recientemente regresó a Roma luego de una visita de casi un mes en Estados Unidos, y dijo que "nunca había escuchado tanto enojo, tanta decepción, tanta frustración de buenos fieles católicos" que durante esta visita.
"La Iglesia Católica en los Estados Unidos está sufriendo posiblemente una de las peores crisis que jamás haya experimentado. Tiene que reconocerse y debe tratarse de manera exhaustiva y fiel a la ley moral de la Iglesia, a la Iglesia misma y al oficio de los obispos", dijo el Purpurado.
"Estamos lidiando con los pecados más graves. Tenemos que centrar nuestra atención en eso y hacer lo que es justo con respecto a todas las partes involucradas", añadió.
Además, el Cardenal explicó que es "simplemente inaceptable" y deben "detenerse" las situaciones en las que obispos se aprovechan de su "rebaño", cometiendo "una serie de pecados mortales".
La única manera en que se restablecerá esta confianza "es llegar al fondo de todo este asunto y asegurarnos de que esto no suceda en el futuro", y esto cae bajo la responsabilidad del Santo Padre, dijo Burke.
"Es responsabilidad del Papa recibir acusaciones contra un obispo e investigarlas. Esto no forma parte de la responsabilidad de la conferencia de obispos", subrayó, refiriéndose a la declaración de los obispos de los Estados Unidos del 16 de agosto sobre los procedimientos de investigación y presentación de informes por mala conducta de los obispos.
En cuanto al desarrollo de los procedimientos, explicó que estos "han estado en la ley de la Iglesia durante siglos", pero que "en los últimos tiempos, no se han conocido y no se han seguido".
El Cardenal Burke agregó que la investigación del gran jurado de Pensilvania debe estudiarse con mucho cuidado.
Si descubren que un obispo no tomó una acción apropiada en su momento "tiene que ser corregido", pero si este "hubiera fallado muy gravemente, entonces simplemente tendría que ser removido".
Analizando la situación de la Iglesia y el escándalo suscitado mundialmente, el Cardenal Burke lamentó que ella, "que debería ser un faro de luz, esté involucrada en una crisis de ese tipo". El "diablo está muy activo", advirtió.
"Creo que tenemos que reconocer una apostasía de la fe. Creo que ha habido una apostasía práctica de la fe con respecto a todas las cuestiones relacionadas con la sexualidad humana". Advirtió que esta comienza principalmente "con la idea de que puede haber actividad sexual legítima fuera del matrimonio, que por supuesto es falsa, completamente falsa".
Finalmente, el Cardenal Burke dijo que "todos nosotros debemos orar cada vez con más fervor por la Iglesia, ayunar y emprender otros" sacrificios.
"Realmente necesitamos tener algunos actos serios de reparación por el sufrimiento que se ha infligido a los fieles, sobre el rebaño de nuestro Señor, y esa es nuestra responsabilidad. Solo puedo instar a todos a acercarse a Nuestro Señor que nos guía. Él nunca nos abandonará", concluyó.