El Arzobispo de Managua (Nicaragua), Cardenal Leopoldo Brenes, celebró este miércoles una Misa en la entrada de la Capilla de la Sangre de Cristo, de la Catedral Metropolitana, que fue atacada con una bomba molotov el 31 de julio.
La Eucaristía fue celebrada junto a un reducido grupo de sacerdotes y religiosas. Detrás del Purpurado se encontraba la imagen de Cristo crucificado que quedó calcinada por el atentado; asimismo, el rostro que se desprendió de la imagen fue mostrado durante la Misa.
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"La Iglesia siempre ha sufrido y seguirá sufriendo, pero la seguridad es que el Señor nos acompaña", afirmó el Cardenal al recordar el ataque del 31 de julio, y que calificó de "acto de terrorismo".
El Arzobispo de Managua indicó que si bien hay "un ambiente de tristeza y dolor […], porque nuestro sentimientos de esta pesadilla es ¿cuándo vamos a despertar?", alentó a aferrarse "a la cruz, porque si estamos aferrados a su cruz quien podrá apartarnos del amor de Dios".
El Purpurado se refirió a la imagen de Jesús crucificado y dijo que "vemos a nuestra sangre de Cristo calcinada, pero de pie".
Su Eminencia Cardenal Leopoldo José Brenes, Arzobispo Metropolitano de Managua, presidió la Santa Misa en la entrada de...
Publicada por Arquidiócesis de Managua en Miércoles, 5 de agosto de 2020
"La imagen y la cruz resistieron las fuerzas de las llamas como un testimonio para nosotros que la cruz no es vencida tan fácilmente, la cruz no se destruye tan fácilmente. Por eso hoy les hago el llamado de estar aferrados a la cruz, al pie de la cruz como María y aquel pequeño grupo que le acompañaban", expresó.
En declaraciones difundidas el 4 de agosto, el Vicario General de la Arquidiócesis de Managua, Mons. Carlos Avilés, dijo a EWTN Noticias que no se sabe específicamente quién fue el responsable del ataque, "pero ya hemos tenido varios actos de vandalismo en otras capillas recientemente, lo cual hace indicar que hay un plan orquestado".
Uno de estos ataques fue el perpetrado contra la capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en el municipio de Nindirí, en Masaya el miércoles 29 de julio. Los desconocidos robaron la custodia y el copón, rompieron imágenes, pisotearon las hostias e hicieron otros destrozos.
Mons. Avilés señaló que "los únicos que han amenazado ha sido el Gobierno, públicamente han estado hablando en contra de los obispos, que son 'terroristas', que son 'golpistas', y han estado criticando a la Iglesia".
"Denunciamos a nivel nacional y a nivel internacional la acción irracional del Gobierno de reprimir violentamente y de no valerse de ayuda humanitaria como la que ofrece la Iglesia", indicó.
El Vicario General dijo que hay "una persecución no declarada, una persecución abierta contra la Iglesia", que se refleja claramente en hechos como la presencia policial en torno a los templos para registrar las placas de los carros de las personas que asisten a Misa.