El Cardenal Giovanni Angelo Becciu nuevamente negó haber interferido en forma alguna con el juicio del Cardenal George Pell, luego de que medios de prensa italianos informaron sobre una acusación de que supuestamente habría enviado dinero a Australia como soborno.
En un comunicado del 17 de octubre, el abogado del Cardenal Becciu, Fabio Viglione, dijo que su cliente "con respecto a la eterna atención de algunos periodistas al juicio del Cardenal Pell, se ve obligado a reiterar vigorosamente que nunca ha interferido con eso en modo alguno".
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El abogado dijo además que "para proteger y defender su honor, tan gravemente dañado", el Cardenal Becciu podría interponer medidas legales contra algunos medios de comunicación por informar continuamente sobre "una supuesta aunque inexistente actividad para manchar la evidencia en el juicio del Cardenal Pell".
La última negación del Cardenal Becciu se produce luego de informes especulativos en la prensa italiana a inicios de este mes, que indicaban que había sido acusado de enviar dinero de una cuenta no revelada del Vaticano a Australia cuando el Cardenal Pell enfrentaba un juicio en 2018, acusado de haber abusado sexualmente de dos menores cuando era Arzobispo de Melbourne en la década de 1990.
El Cardenal Pell fue condenado inicialmente a prisión por esa acusación en 2019. Sin embargo, el 7 de abril de este año fue puesto en libertad, luego de que la Corte Suprema de Australia concluyó que el jurado en el juicio del Purpurado no actuó razonablemente al no encontrar posibilidad de duda en las acusaciones que enfrentaba.
Los informes de que el Cardenal Becciu habría transferido dinero a Australia para poner una trampa al Cardenal Pell atrajeron atención internacional.
La acusación, que CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– no pudo corroborar independientemente, estaría supuestamente vinculada a Mons. Alberto Perlasca, un antiguo subordinado del Cardenal Becciu que, de acuerdo a la prensa italiana, estaría colaborando con los investigadores.
Sin embargo, aunque las supuestas acusaciones han producido titulares en medios de Italia, Australia, Reino Unido y Estados Unidos, no han sido confirmadas independientemente y siguen siendo atribuidas a fuentes anónimas.
Hasta 2017, el Cardenal Pell encabezó un esfuerzo alentado por el Papa Francisco para ordenar y esclarecer las finanzas del Vaticano, que por mucho tiempo carecieron de procedimientos, controles o supervisión centralizados. El Purpurado chocó en ese trabajo con el Cardenal Becciu, que como sostituto de la Secretaría de Estado del Vaticano trabajaba como el jefe de personal del Papa.
El Cardenal Becciu en un momento actuó para cancelar un contrato que el Cardenal Pell había hecho para una auditoría externa de las finanzas del Vaticano.
Desde al menos 2018, investigadores han estado revisando una red de inversiones y transacciones en la Secretaría de Estado que están conectadas con el Cardenal Becciu. En septiembre, el Purpurado fue despedido de su cargo en el Vaticano y renunció a "los derechos propios del cardenalato", aunque formalmente sigue siendo miembro del Colegio de Cardenales.
Se cree que el Cardenal Becciu podría enfrentar pronto acusaciones criminales por su rol en varias inversiones del Vaticano y en maquinaciones financieras de cuestionable integridad y legalidad, que suman cientos de millones de euros.
Una mujer en el centro del más reciente escándalo financiero del Vaticano, que supuestamente estaría conectada cercanamente al Cardenal Becciu, está actualmente detenida en una cárcel italiana mientras se analiza una posible extradición al Vaticano.
Cecilia Marogna, que se auto define como analista geopolítica, fue arrestada el 13 de octubre por las autoridades financieras italianas después de que una orden de captura fue emitida por el Vaticano a través de la Interpol.
Marogna ha dicho que trabajó para la Secretaría de Estado de la Santa Sede como consultora de seguridad y estrategia. Las autoridades del Vaticano habrían emitido la orden de captura por acusaciones de peculado.
La mujer ha admitido que recibió cientos de miles de euros del Vaticano a través de su compañía registrada en Eslovenia, y confirmó el uso de los fondos para la compra de objetos de lujo, entre ellos bolsos de diseñador.
Además, ha señalado que todo el dinero fue para su trabajo de consultoría del Vaticano y su salario; los caros regalos, tales como viajes y bolsos, dijo, "fueron usados para crear relaciones cooperativas".
Aunque una corte apelaciones de Milán ha confirmado la ejecución de la orden de captura, los abogados de Marogna han apelado su extradición a la Ciudad del Vaticano, un proceso que podría tomar un mes para concluir. A la espera del resultado de la apelación, Marogna se encuentra detenida en una cárcel local después de que la corte de Milán la consideró un riesgo de fuga.
Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en CNA.