Fray Roberto Magalhães, el fraile capuchino más viejo de Brasil, cumplió 80 años de vida religiosa y el 1 de octubre celebrará 75 años de sacerdocio.
El religioso, más conocido como fray Robertinho, cumplirá 99 años de vida el 10 de septiembre. Actualmente vive en la casa de los capuchinos en el centro de Fortaleza y dedica su tiempo a los estudios, celebración de la Eucaristía, traducción de textos y confesiones.
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En una publicación en la página de Facebook de los capuchinos de Ceará y Piauí señalan que "le deseamos toda la paz y todo el bien que viene del Señor". "¡Alabamos y rendimos gracias a Dios por el don de la vida y vocación de nuestro querido fray Roberto!", expresan.
La fecha fue recordada con una celebración interna en el convento de los capuchinos. Lo que se viene preparando son las celebraciones por los 75 años de sacerdocio en octubre de 2019 y su centenario de vida el próximo año.
Estos 85 años de vida religiosa se vuelven también un modelo para muchos hermanos, sobre todo para los más nuevos. Responsable por las comunicaciones de los capuchinos de Ceará y Piauí, fray Eduardo Janderson señala que "fray Robertinho es un verdadero ejemplo de capuchino, de nuestro carisma marcado por la pequeñez, fraternidad, oración y misión".
En entrevista a ACI Digital -agencia en portugués del Grupo ACI-, fray Janderson contó que fray Roberto "es una persona sencilla y humilde, además de un modelo de hermano que, a pesar de la edad y de las limitaciones físicas, acoge a todos con mucho cariño".
Un punto que es ejemplo para los demás es "su vida de oración". "Yo, como un fraile nuevo, veo a fray Roberto como una persona muy activa en las oraciones, reza todas las oraciones canónicas, tiene su momento de oración personal y aprecia mucho las confesiones".
"Por la edad, él ya está con la columna encorvada, pero uno de los factores también es la confesión, se inclina para oír a las personas. Muchos se dirigen a él para la confesión y él lleva eso muy en serio", señaló fray Janderson, recordando que esta es una característica de los capuchinos, como demuestran los santos San Pío de Pietrelcina y San Leopoldo Mandic.
Un ejemplo de este celo por el sacramento de la confesión fue el testimonio dado a millones de personas en las redes sociales en 2016, cuando una foto del fraile se viralizó. En esa ocasión, con 95 años conmovió a muchos por recorrer seis kilómetros a pie atendiendo confesiones durante la Caminata Penitencial de la Arquidiócesis de Fortaleza.
Además, fray Janderson señaló que ve a fray Roberto como un ejemplo en la misión. "La vida y testimonio de fray Robertinho hablan de eso, él que fue párroco, profesor y enseñó tanto a los capuchinos".
"Él continúa muy activo. Tiene ese espíritu de misión y, a pesar de las limitaciones físicas, no se deja abatir", señaló.
En ese sentido, otro testimonio del espíritu de misión que llegó a muchas personas ocurrió en el 2017, cuando un policía que estaba de guardia en un hospital le pidió que rezara por él. El sacerdote luego extendió su mano sobre la cabeza del hombre e hizo una oración. La foto de ese momento también conquistó las redes sociales.
Una vida entregada a Dios
"En la Misa que celebramos ayer (20 de marzo), presidida por fray Moisés, él habló en su homilía sobre las virtudes de fray Roberto, de cómo tiene una vida entregada a Dios", contó fray Eduardo Janderson.
Fray Robertinho nació el 10 de septiembre de 1920 en Maracanaú, en el hogar de José de Souza y Joana Magalhães, quienes lo bautizaron como Juari Magalhães de Souza.
Entró a la vida religiosa en el convento de los capuchinos en 1934, a los 14 años. En 1938 hizo el noviciado en Esplanada y al siguiente año realizó la profesión simple, consagrándose a Dios por medio de los votos de obediencia, pobreza y castidad.
En 1942 hizo sus votos solemnes en San Luis y el 1 de octubre de 1944 fue ordenado sacerdote en el Santuario Corazón de Jesús en Fortaleza. Como capuchino adoptó el nombre de Fray Roberto María de Maracanaú.
En un video producido por la TV Pitaguary en 2013, explicó que en la época en que ingresó a la Orden era costumbre adoptar el nombre del lugar donde fue bautizado. Fue así que asumió el nombre de "María por la devoción que la Orden tiene a Nuestra Señora, y Maracanaú, por ser el lugar donde se tornó hijo de Dios, recibiendo el bautismo".
En Ceará el sacerdote es muy conocido entre los fieles por su larga trayectoria sacerdotal. Fue vicario parroquial, párroco, director de colegios, rector de santuarios y, en todo momento, señal de la presencia de Dios entre los fieles.
Traducido y adaptado por Liliana Montes. Publicado originalmente en ACI Digital.