El domingo 17 de mayo el Papa Francisco canonizará en Roma a dos beatas palestinas, las religiosas María Alfonsina Danil Ghattas, fundadora de la Congregación de las Hermanas del Santísimo Rosario de Jerusalén; y María de Jesús Crucificado, religiosa profesa de la Orden de las Carmelitas Descalzas; las primeras santas de Tierra Santa de lengua árabe.
En la ceremonia también serán canonizadas la francesa Juana Emilia de Villeneuve y la italiana María Cristina de la Inmaculada Concepción.
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En conferencia de prensa hoy en el Vaticano, el director del Catholic Center for Studies and Media de Amán (capital de Jordania), P. Rifat Bader, informó que a la ceremonia acudirá el Presidente de Palestina, Mahmoud Abbás; y una delegación de Tierra Santa encabezada por el Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Fouad Twal, y formada por 2.124 peregrinos provenientes de Palestina y Jordania.
El P. Bader afirmó que las dos canonizaciones son "una nueva esperanza para los hijos y las hijas de Palestina y Jordania y para Oriente Medio".
Hasta Roma también se desplazarán arzobispos y obispos de Jordania, Palestina, Líbano, Irak, Túnez, Egipto, Marruecos, Libia y Chipre, así como sacerdotes, religiosas y fieles.
Durante la Ceremonia, la Superiora General de las Hermanas del Rosario, Inés al-Ya'qoub, será la encargada de llevar al altar las reliquias de la nueva Santa María Alfonsina Danil Ghattas, junto a algunos parientes de la misma.
Por su parte, las reliquias de Santa María de Jesús Crucificado serán llevadas por la hermana Anna Delmas, acompañada también de un pariente de la nueva santa.
Asimismo, los encargados de entregar las ofrendas serán Munir Elias -la persona beneficiada con el milagro que llevó a la canonización a Santa María Alfonsina-, y por la familia italiana que obtuvo la curación de su hijo por intercesión de Santa María de Jesús Crucificado.
Sus vidas
Las dos próximas santas tienen una vida apasionante. María de Jesús Crucificado nació en una familia greco-católica y ya como adulta entró en la orden carmelita. Vivió en Francia y fundó monasterios en India y en Belén. Habría querido fundar también en Nazaret, pero murió a la edad de 35 años.
A lo largo de su vida recibió la gracia de los estigmas. Además, fue una mística que tuvo visiones en las cuales hablaba con Jesús. Su proceso de canonización se inició en 1927 y fue beatificada por San Juan Pablo II en 1983.
Por su parte, la Madre María Alfonsina entró a la edad de 15 años en la congregación de San José de la Aparición y luego fundó la orden del Santo Rosario, muy presente en Oriente Medio en el trabajo pastoral (asistencia a niños, ancianos y jóvenes, servicio a los pobres) pero también activa en la lucha contra la pobreza moral. De ella se dice que vivió una fecunda maternidad espiritual, sobre todo hacia las mujeres árabes. Fue beatificada en el año 2009 por Benedicto XVI.
Los milagros
¿Cuáles fueron los milagros que hicieron realidad ambas canonizaciones? El de la Madre María Alfonsina sucedió el mismo día de su beatificación. Un hombre de Caná de Galilea, Emile Mounir Salim Elías, experto geómetra, se encontraba trabajando en Bayt Dajan, cerca de Holon (Haifa) y fue alcanzado por una descarga eléctrica de entre treinta y cuarenta mil voltios. Estuvo en coma dos días. Sus parientes pidieron la intercesión de María Alfonsina y se obtuvo la recuperación milagrosa de Elías.
En el caso de María de Jesús Crucificado, el milagro consiste en la curación de un niño siciliano, Emanuel Lo Zito, que sufría de una insuficiencia cardíaca congénita. Después de una operación quirúrgica, que los médicos consideraban incluso inútil, el niño se curó milagrosamente. Sus padres lo confiaron a Mariam Bawardi –nombre de bautizo de María de Jesús Crucificado-, cuya santidad habían conocido durante un viaje a Tierra Santa.
Una luz en el camino de Tierra Santa
El Patriarca Twal, a su llegado a Roma, expresó su alegría por este acontecimiento y manifestó que "en medio de las dificultades que vivimos, la proclamación de dos santas de Palestina es un acontecimiento espiritual muy importante para los habitantes de Tierra Santa".
"Representan una nueva luz en nuestro camino. A menudo se habla de Tierra Santa como de una tierra devastada por la violencia y las divisiones, que tiene como resultado una distorsión de su imagen". Ante esta situación, las dos futuras santas "devolverán a esta tierra su verdadero rostro, mostrando que la santidad es posible incluso en las situaciones más difíciles", afirmó.
Asimismo, se informó que el sábado por la noche, un día antes de la canonización, se realizará una vigilia de oración en la Basílica de Santa Sabina, situada en la zona del Aventino.
Posteriormente, el lunes, el Patriarca Twal presidirá la Misa de acción de gracias en la Basílica Santa María la Mayor, que será celebrada en árabe. Será la primera Misa patriarcal de la historia celebrada en árabe en la primera Basílica romana dedicada a la Virgen.