Este 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Gato, un animal que ha acompañado siempre al querido Papa Emérito Benedicto XVI durante toda su vida.
Benedicto XVI tenía dos gatos como mascotas cuando era el Papa de la Iglesia Católica. Uno de esos fue antes un gato que el Santo Padre encontró en las calles de Roma.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En el año 2005, en una entrevista concedida al diario español ABC, el periodista consultó al Cardenal Tarcisio Bertone, que poco después se convertiría en el Secretario de Estado del Vaticano, si el Papa Benedicto XVI era un "gatófilo empedernido".
"Desde luego que sí. En su paseo desde el Borgo Pío hasta el Vaticano, se detenía a dialogar con los gatos; no me pregunte en qué lengua les hablaba, pero los gatos quedaban encantados", rememoró el Cardenal italiano.
"Cuando el Cardenal (Ratzinger) se acercaba, los gatos alzaban la cabeza y lo saludaban", contó el Cardenal Bertone.
Tiempo después, en 2007, se publicó en italiano y luego en otros idiomas el libro para niños "Joseph y Chico: Un gato cuenta la vida de Benedicto", que cuenta la vida de Joseph Ratzinger hasta su elección como Papa.
El libro fue publicado por Edizioni Messaggero de Padova, y fue escrito por la periodista Jeanne Perego con ilustraciones de Donata Dal Molin Casagrande.
En la obra el gato se presenta como uno de los animales que acompañó a Joseph Ratzinger durante su infancia y comenta que el Papa Benedicto XVI es su amigo y "guía de todos los católicos".
"Joseph y Chico" cuenta con una introducción escrita por el secretario personal del Papa, el Arzobispo alemán George Gänswein.
"¿Cuántas cosas se escriben y se dicen todos los días sobre el Papa? Pero aquí, queridos niños, encontrarán una biografía diferente a las otras porque quien la cuenta es un gato, y no ocurre todos los días que un gato considere al Santo Padre su amigo y se ponga a escribir su historia", escribió el Prelado.
En noviembre de 2007, la autora pudo entregar su libro a Benedicto XVI, quien comentó que "de joven me hubiera gustado escribir una historia de gatos, pero ahora son los gatos los que escriben mi historia".