Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro con ocasión de la tradicional audiencia de los miércoles, el Papa Benedicto XVI subrayó la necesidad de una relación personal con Jesús para la evangelización que no consiste en anunciar una idea sino en dar testimonio de una persona.
"La aventura de los Apóstoles comienza como un encuentro de personas que se abren recíprocamente. Comienza para los discípulos un conocimiento directo del Maestro. Ellos no tendrán que ser anunciadores de una idea, sino testimonios de una persona”, dijo el Santo Padre durante la catequesis sobre “Los Apóstoles, testimonios y enviados de Cristo”.
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“Antes de ser enviados a evangelizar, tendrán que estar con Jesús, estableciendo con Él una relación personal. Sobre esta base, la evangelización no será otra cosa que un anuncio de aquello que se ha experimentado y una invitación a entrar en el misterio de la comunión con Cristo”, agregó el Pontífice al reflexionar sobre el llamado a los apóstoles que transmiten los evangelistas.
Sobre el particular, el Obispo de Roma precisó que “los Evangelios concuerdan en indicar que el llamado de los Apóstoles marcó los primeros pasos del ministerio de Jesús”.
Cristo llama a los Apóstoles "con decisión y ellos con prontitud lo siguen”, dijo el Santo Padre, explicando que el evangelio según San Lucas "muestra el camino de fe de los primeros discípulos, precisando que la invitación al seguimiento llega a ellos tras haber escuchado la primera predicación de Jesús y experimentando los primeros signos prodigiosos realizados por él”.
Respondiendo a críticas racionalistas modernas que afirman una falta de conciencia universalística de Cristo, el Papa dijo: “Jesús es el pastor escatológico que reúne las ovejas perdidas de la casa de Israel y va en búsqueda de ellas, porque las conoce y ama. A través de esta reunión el Reino de Dios se anuncia a todas las gentes. El primer paso es la reunión del pueblo de Israel, para que así todas las gentes llamadas a reunirse en la comunión con el Señor, puedan ver y creer”.
Al final de la catequesis, Benedicto XVI señaló que “el carácter universal de la misión de los Apóstoles se hace explícito tras la pasión y resurrección de Cristo". “Cristo -continuó- enviará a los Apóstoles por todo el mundo. Continúa siempre el mandato del Señor de reunir a los pueblos en la unidad de su amor”.