El Arzobispo de Valencia (España), Cardenal Antonio Cañizares, ha enviado unas reflexiones "de última hora" sobre el caso del barco Aquarius que atracó en costas españolas el pasado domingo, y a propósito del día del refugiado que se conmemora este miércoles 20 de junio.
El Purpurado asegura en la carta que "estos días estamos sobrecogidos ante el drama de los refugiados, huidos, inmigrantes que llegan a nuestra tierra, a las puertas de Europa pidiendo ayuda y acogida".
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Según precisó, "no podemos permanecer indiferentes, menos aún los cristianos, ante este hecho de tan grandes magnitudes en nuestro tiempo", y calificó como "dramática e inhumana" la llegada de 629 africanos subsaharianos a las costas de Valencia.
El Arzobispo de Valencia alertó que la magnitud y gravedad del asunto del Aquarius "nos está haciendo tal vez olvidar el drama de esos otros miles que nos llegan por pateras u otros medios estos días a las costas españolas, especialmente las andaluzas, también a las italianas".
Por eso animó a "no cerrar los ojos" ante el drama de África ni "ante los macabros negocios de las mafias, a las que hay que perseguir y eliminar, por su corrupción más terrible".
Afirmó que se trata de una "corrupción a lo grande" contra la que se debe reaccionar "con todo vigor y energía porque tratan con vidas humanas y se enriquecen con vidas humanas".
"Pensemos, por ejemplo, las fuertes sumas de dinero que han tenido que pagar los padres - ¡nada menos! - de esos niños que han viajado solos en el 'Aquarius', y pensemos, además por otra parte, en las grandes riquezas que gobiernos y mandatarios desaprensivos de África están obteniendo y acumulando de la opresión y subdesarrollo a que están sometiendo a sus pueblos", subrayó el Purpurado.
"Nunca, ni siquiera, en la época de la esclavitud de los pueblos africanos y el traslado y venta como esclavos de los siglos XVII al XIX, sobre todo a América, ha ocurrido nada semejante", aseguró.
El Purpurado denunció que "Occidente, y los países de la opulencia" no toman las medidas urgentes y adecuadas en este asunto "complejo y delicado. Razón de más para actuar conjuntamente, pero actuar. En todo caso, no soy político ni la Iglesia puede permitirse ninguna injerencia política, pero nada verdaderamente humano puede dejar indiferente al seguidor de Jesucristo, a la Iglesia, para inhibirse ante la terrible desgracia de las gentes que nos llegan".
El Cardenal Cañizares recordó las palabras del Papa Francisco en las que animaba a "acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados". Dijo que es precisamente lo que se está haciendo en la Archidiócesis de Valencia "sin buscar aplauso ni mirar al tendido buscando el parabién o salir en los medios ".
El Purpurado advirtió que la emigración es una "emergencia mundial" en la que "se juega el destino del hombre sobre la tierra en este tiempo y en los próximos decenios".
"La emigración es un derecho que no se puede negar. Hay que reaccionar ante este hecho y este derecho, mostrar sensibilidad especial hacia él, hallar cauces y respuestas justas y equitativas para él", insistió el Purpurado, y animó a "favorecer e impulsar, sobre todo, en los países de origen, nuevas condiciones de vida" posibilitando "un nuevo orden internacional justo y humano".
Además señaló que "Europa tiene una especial responsabilidad, porque de modo muy particular, principal e intenso se ve más afectada hoy por hoy. Un país sólo o unos pocos países solos no pueden ofrecer la respuesta: la respuesta deberá ser de todos, unidos y conjunta".
Por eso animó a que las legislaciones en los países de Europa sean "generosas, equilibradas y equitativas, promotoras de la justicia y la paz y atentas a la solidaridad real y efectiva".
El Arzobispo de Valencia también hizo un llamamiento a ser "lúcidos y prudentes", lo que no significa, "en modo alguno, desatender ya y sin más demora a nuestros hermanos que nos llegan y que claman y gritan buscando justamente una situación distinta a la que están soportando y sufriendo con gran sufrimiento, en su origen".
Pidió también "actuar sin ponerse nerviosos, pero actuar y pedir o reclamar que se actúe" para paliar esta situación "hasta que se encuentren soluciones globales y verdaderas" y atender a quienes llegan "como hermanos".
El Cardenal Cañizares recordó las palabras de Santa Teresa de Jesús: "Obras quiere el Señor".
El Arzobispo señaló que aunque "no estamos preparados", "no tenemos suficiente fe, ni somos capaces de mayor caridad", hay que afrontar la situación haciendo algo.