Una mala aplicación de la Ley de Memoria Histórica obligó a rectificar a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, por lo que ha tenido que reponer la placa conmemorativa de los ocho mártires carmelitas que fue retirada del cementerio del barrio de Carabanchel, en Madrid (España). Desde el ayuntamiento aseguraron que se trató de "un error interno".
Reubicada placa en #memoria de los jóvenes carmelitas mártires de Cristo fusilados en #Carabanchel #Madrid #España pic.twitter.com/3u5iGAFwUl
- Rubén Gil ? (@rubendgu) febrero 5, 2016
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Dos días después de que se retirara la placa, el Ayuntamiento de Madrid declaró que la volvería a colocar en su lugar de origen. Esta decisión se tomó luego de que el equipo jurídico advirtiera al equipo de gobierno del ayuntamiento, que la eliminación de la placa conmemorativa de los mártires no estaba amparada por la Ley de Memoria Histórica.
Por esta ley se insta a eliminar las insignias que enaltecen la dictadura, pero en el caso de los mártires carmelitas tan sólo se recordaba a las víctimas con la palabra "inmolación".
Monumento conmemorativo
La placa rinde homenaje a 8 mártires carmelitas de entre 18 y 22 años que fueron fusilados el 18 de agosto del 36 junto a la tapia del cementerio de Carabanchel. En ella se podía leer "a la memoria de los siervos de Dios fusilados en este lugar". Estos ocho jóvenes carmelitas fueron beatificados en Tarragona en 2013.
El año pasado más de 30 mil personas firmaron una campaña en la plataforma Change.org en la que la Asociación Española de Abogados Cristianos advertía a la alcaldesa de Madrid de que retirar las calles de Madrid dedicadas a los mártires sería prevaricar y que, de llevar a cabo esas acciones, emprenderían acciones legales.
Según fuentes municipales, en los próximos meses se eliminarán más monumentos y está previsto que cambien el nombre de la menos treinta calles y plazas.
Los ocho carmelitas mártires
Los religiosos a los que se conmemora en el cementerio de Carabanchel tenían entre 18 y 23 años, procedían del convento de El Carmen de Onda, en Castellón (España).
Después de que su convento fuera saqueado –y murieran al menos doce novicios carmelitas– viajaron a Madrid como prisioneros.
Hasta la noche del 18 de agosto de 1936, en la que fueron conducidos hasta el cementerio de Carabanchel. En donde fueron fusilados en el muro donde ahora se sitúa la placa.
En los años 60 se comenzó la causa de beatificación de estos mártires carmelitas. Finalmente fue aprobada por el Vaticano y en el año 2013 se les elevó a los altares junto a otro 522 mártires de la persecución religiosa en España.