El observador permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra, Mons. Ivan Jurkovic, pidió a las Naciones Unidas defender la libertad religiosa de cada persona humana, sin excluir a ningún grupo religioso.
El prelado expresó su preocupación en la 46ª sesión del Consejo de Derechos Humanos por el reciente informe titulado "El odio antimusulmán / la islamofobia" y explicó que un documento que "debería defender el derecho humano fundamental y universal de la libertad de religión o de credo, se ha centrado en realidad en un grupo religioso con exclusión de otros, con el riesgo de polarizar la comunidad internacional y crear aún más conflictos".
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"La Santa Sede no puede sino deplorar que el informe no considere adecuadamente el contexto de la persecución de todas las personas de fe, o de ninguna fe", señaló Mons. Jurkovic.
En esta línea, el arzobispo subrayó que "ciertamente, todos los actos de odio, discriminación y persecución religiosa deben ser condenados con vehemencia, incluso contra los musulmanes".
Sin embargo, Mons. Jurkovic añadió que teniendo en cuenta "la universalidad de la libertad religiosa sancionada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos" la decisión de "limitar el argumento del informe a un grupo religioso particular sin hacer referencia a muchos otros podría representar un cambio sustancial en el enfoque metodológico".
En este sentido, el observador permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra indicó que, de producirse este cambio, no se reduciría "el perfil negativo y la estigmatización de estos grupos", sino que se correría "el riesgo real de ser divisivos, de facilitar una mentalidad de 'nosotros' contra 'ellos'".
"Cualquier legislación o práctica que excluya a un grupo específico basándose, al menos en parte, en criterios religiosos, representa una sutil forma de discriminación, independientemente de los efectos previstos o del resultado real de dichas leyes o prácticas", advirtió.
Por último, según informó Vatican News, Mons. Jurkovic dijo que "en el escenario actual, en el que la libertad religiosa es cada vez más erosionada por la necesidad de proteger vidas humanas de la propagación de la pandemia del COVID-19, es fundamental que las autoridades civiles se comprometan a respetar, proteger y defender la libertad de religión o de credo, como dimensión de la dignidad de la persona humana".