El Vicepresidente y Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), Dr. Guzmán Carriquiry, afirmó que la Iglesia facilitaría la mediación ante la crisis en Venezuela "si las condiciones la hacen razonable" e incluso cuando los precedentes planteen serias dudas sobre la solicitud del régimen de Nicolás Maduro.
En un artículo titulado "Ante la actual situación venezolana" publicado en el sitio web de la CAL el 11 de febrero, Carriquiry señaló que "es obvio, exigida por su propia misión, que la Iglesia esté dispuesta a facilitar todo diálogo o negociación, incluso una mediación, si las condiciones la hacen razonable, realista y con posibilidades de resultados benéficos. Y más todavía ante una situación de extrema polarización, con riesgo inminente de estallar en violencias y represiones descontroladas y las terribles consecuencias de baños de sangre".
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"Esa disponibilidad tiene que estar siempre abierta incluso cuando los precedentes planteen muy serias dudas acerca de la credibilidad de la solicitud llegada por carta al Santo Padre", dijo el laico uruguayo que sirve en el Vaticano desde hace más de 40 años.
El artículo de Carriquiry aparece en la víspera de las marchas convocadas por la oposición que exige a Maduro dejar el poder y que se permita el ingreso de la ayuda humanitaria que el Gobierno de Estados Unidos ha enviado para Venezuela y está siendo acopiada en Cúcuta (Colombia) y, desde el lunes, también en Brasil.
Guzmán Carriquiry recordó que en 2016, cuando el Vaticano facilitó el diálogo entre el Gobierno y la oposición, la Santa Sede "se encontró con la resistencia del régimen de Maduro y con la realidad de una oposición dividida y confusa".
"¡Cómo no recordar incluso los insultos pronunciados por voceros del régimen de Maduro en respuesta a la carta en la que el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, planteaba algunas condiciones necesarias para aquel diálogo!".
En ese sentido, dijo que "la solicitud de una mediación sea el manotón de ahogado de un régimen que se siente acorralado, aislado interior y exteriormente, con el propósito de ganar tiempo y respiro, pero que no esté realmente movida por un sincero propósito de ayudar a sacar el país del pantano en el que ha sido sumido, es una hipótesis que no puede no tenerse muy presente".
En la actual situación, continuó Carriquiry, se necesita el consenso de ambas partes como ya lo mencionó el Papa Francisco, y que recordó un comunicado del Director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede el 7 de febrero: "El Santo Padre siempre se ha reservado y, por tanto, se reserva la posibilidad de verificar la voluntad de ambas partes, examinando si existen las condiciones para recorrer este camino (de diálogo)".
"Las condiciones a las que se refiere la Santa Sede no se limitan al consenso de las partes, sino que razonablemente evocan aquellas ya planteadas por la carta del Secretario de Estado (de 2016): la apertura de canales humanitarios para salir al encuentro de las necesidades de la población y aliviar sus sufrimientos, la convocatoria dentro de plazos próximos y realistas de elecciones libres y transparentes, el reconocimiento de la Asamblea nacional (controlada por la oposición), la liberación de presos políticos y el fin de violencias y represiones".
Carriquiry explicó que "similares condiciones (...) han sido puestas por el 'grupo internacional de contacto' reunido en Montevideo, con la participación de gobiernos de Uruguay, México, Costa Rica y Bolivia, junto con cancillerías de numerosos países europeos convocados por la Unión Europea" para promover elecciones libres y la ayuda humanitaria en Venezuela.
El Vicepresidente de la CAL también indicó que en los últimos meses el Papa Francisco se ha referido en al menos tres oportunidades a la situación de Venezuela, pidiendo una solución justa, pacífica y evitar el derramamiento de sangre.
Carriquiry también pidió al grupo de Lima, formado por los países latinoamericanos que han reconocido al líder opositor Juan Guaidó como Presidente de Venezuela, y al "grupo internacional de contacto" que tengan "entre ellos un mayor diálogo, porque siempre toda división entre latinoamericanos ante situaciones tan dramáticas no es por cierto un bien y debilita la credibilidad y protagonismo de la región en una situación que les concierne a todos en primera línea".
El Vicepresidente de la CAL también recordó las palabras del Cardenal Baltazar Porras, quien consideró que la mediación es "irrealizable" e "inviable", pero que destacó que existe una fuerte unidad entre los obispos venezolanos y el Vaticano.
"El reconocimiento de Guaidó como presidente legítimo del país por parte del presidente Trump, seguido inmediatamente por la mayoría de los gobiernos de países latinoamericanos y europeos, así como por el Parlamento de la Unión Europea, por una parte, y por otra parte, la solidaridad con el régimen de Maduro de Rusia, China, Turquía e Irán, han puesto esta dramática situación venezolana en el centro de la atención mundial", resaltó Carriquiry.
Por lo expuesto, concluyó el Vicepresidente de la CAL, "no queda más que auspiciar y rezar que la actual situación dé lugar efectivamente a un proceso de transición, si fuera posible por un gobierno de unidad nacional que contara con la credibilidad y el consenso popular para abrir caminos de esperanza, pacificación y reconstrucción" en Venezuela.
Puede leer el artículo completo de Guzmán Carriquiry AQUÍ