Al concluir el Vía Crucis en la Plaza y la Basílica de San Pedro en el Vaticano sin presencia de fieles, el Papa Francisco rezó en silencio durante unos minutos tras haber impartido la bendición final.
Este año, a causa del COVID19, el Vía Crucis no se realizó en el Coliseo Romano, donde se realiza habitualmente con la participación de miles de fieles.
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Las meditaciones del Vía Crucis de este año estuvieron a cargo de diversas personas vinculadas al centro de reclusión Due Palazzi de Padua (Italia).
Las meditaciones fueron escritas por condenados a prisión (alguno a cadena perpetua), sus familiares, familiares de víctimas, funcionarios de prisiones, policías, educadores de instituciones penitenciarias, catequistas, un fraile de la pastoral penitenciaria y un sacerdote acusado y absuelto tras ocho años de proceso judicial.
El Vía Crucis se realizó con dos grupos de personas: uno de la casa de reclusión Due Palazzi y otro de la Dirección de Sanidad e Higiene del Vaticano, algunos de ellos portando antorchas durante el recorrido.
El Vía Crucis se inició alrededor del obelisco que está en el centro de la plaza, donde se hicieron las primeras 9 estaciones. La décima y la undécima se realizaron a medio camino entre el obelisco y el atrio de la Basílica.
La estación 12, la muerte de Jesús, se hizo ante el Cristo de San Marcelo, la imagen milagrosa que ayudó a vencer la peste hace algunos siglos y ante el cual el Santo Padre rezó por el fin de la pandemia del coronavirus el 27 de marzo.
La décimo tercera estación se hizo a pocos pasos del lugar donde estaba el Papa, mientras que para la estación 14 fue el mismo Santo Padre quien sostuvo la cruz durante toda la meditación.
Las meditaciones las puede encontrar AQUÍ.