El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en Francia, es el destino de millones de peregrinos, sobre todo la gruta en la que la Virgen María se apareció a Santa Bernardette Soubirus en 1858.
En una réplica de esa gruta, en los Jardines Vaticanos, el Papa Francisco presidirá el próximo sábado 30 de mayo a las 5:30 p.m. (hora de Roma) el rezo del Rosario en un evento al que se sumarán los santuarios católicos de todo el mundo mediante streaming.
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Este Rosario mundial tendrá como intención pedir ayuda y consuelo a la Virgen durante el tiempo que dure la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, ¿cuál es la historia de esta réplica de la gruta de Lourdes y por qué se construyó en los Jardines Vaticanos?
El lugar está especialmente diseñado para el recogimiento y la oración: está construida en el corazón de los Jardines Vaticanos, junto a las antiguas murallas, en una zona recogida y apartada de las zonas más transitadas del Estado de la Ciudad del Vaticano. Bajo la imagen de María, se puede leer la frase con la que la Virgen reveló a Santa Bernardette que ella era la Inmaculada Concepción.
El origen de esta réplica se encuentra en una iniciativa del Obispo de Tarbes, Mons. Francesco Saverio Schoepfer, respaldada por el Papa León XIII, gracias a donativos procedentes de todo el mundo.
La reproducción se inauguró el 28 de marzo de 1905 durante el Pontificado de Pío X, pontífice que también modificó la denominación de la Diócesis de Tarbes por la de Tarbes-Lourdes.
El altar de la gruta es también regalo de un Obispo de Tarbes-Lourdes, en el año 1960. Se trata del altar que estuvo en el lugar original de las apariciones marianas durante 50 años.