El P. Mark Ventura, párroco de la Misión de San Isidro Labrador, fue asesinado de dos balazos el domingo 29 de abril en el norte de Filipinas.
La policía local informó que el sacerdote de 37 años estaba en una reunión con el coro parroquial. Iba presidir un bautizo cuando apareció un hombre y le disparó en la cabeza y en el pecho. Después huyó en una motocicleta conducida por un cómplice.
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P. Mark Ventura
Según la agencia vaticana Fides el homicidio ocurrió en el pueblo Piña Weste cerca de Gattaran, en la provincia de Cagayan. Gattaran está a unos 800 kilómetros de Manila.
Un representante de la policía, Mario Espino, ordenó crear un grupo especial para esclarecer el asesinato del sacerdote, conocido por impulsar elecciones justas, defender los derechos de los filipinos en el extranjero y promover el bienestar de los niños.
"Estamos en shock y sin poder asimilar todavía la noticia del brutal asesinato del P. Ventura, sacerdote católico de la Arquidiócesis de Tuguegarao", aseguró el Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP) y Arzobispo de Davao, Mons. Rómulo Valles.
"Ofrecemos nuestras oraciones por el P. Ventura, su familia y los fieles laicos de Tuguegarao. También oramos por Mons. Sergio Utleg, Arzobispo de Tuguegarao, sus sacerdotes y religiosos de la arquidiócesis, que este año en unión con toda la Iglesia en las Filipinas, están celebrando el Año del Clero y de los Consagrados. ¡Condenamos este acto malvado!", expresó en una declaración.
Asimismo, "llamamos a las autoridades a actuar rápidamente para encontrar a los autores de este crimen y llevarlos ante la justicia".
El P. Ventura dirigía desde abril la Misión de San Isidro Labrador y durante siete años sirvió en la Arquidiócesis de Tuguegarao.
Es el segundo sacerdote asesinado en el país en cuatro meses. En diciembre de 2017 el P. Marcelito Páez, de 72 años, fue asesinado en Jaén, Nueva Écija, en Filipinas del Norte.