El Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, destacó como "un paso adelante" la decisión del Gobernador del estado de California, Gavin Newsom, de establecer una moratoria a la pena de muerte, pero destacó que hay mucho camino por recorrer.
En un comunicado publicado este 13 de marzo, Mons. Gomez recordó que "por muchos años ya, mis hermanos obispos católicos y yo hemos pedido un fin a la pena de muerte, no solo en California sino en todos los Estados Unidos. Así que este es un buen día para California y un buen día para nuestro país".
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El Gobernador de California firmó este 13 de marzo una orden ejecutiva para suspender la pena de muerte en el estado, al tiempo que pide que sea abandonada la práctica de la inyección letal y determina el cierre inmediato de la cámara de ejecuciones de la prisión estatal de San Quentin.
El documento precisa además que "esta moratoria no dispone la liberación de ninguna persona de la prisión o altera de ninguna forma cualquier condena o sentencia".
Hasta hoy había 737 presos en California esperando la pena de muerte.
Para el Arzobispo de Los Ángeles, "acabar con la pena de muerte es un paso adelante. Pero es solo un primer paso".
El Prelado destacó que "hay importantes razones de política pública para acabar con la pena de muerte", pues "no impide los crímenes violentos y no lleva verdadera justicia o sanación a las víctimas de crímenes violentos".
"Y, tristemente, la ejecución judicial siempre ha sido un castigo impuesto mucho más frecuentemente a afroamericanos, hispanos y los pobres en nuestra sociedad".
Sin embargo, precisó, las razones más importantes para acabar con la pena de muerte "son morales", pues "toda vida humana es preciosa y sagrada a los ojos de Dios, y toda persona tiene una dignidad que viene de Dios".
"Esto es verdad para el inocente y es verdad para el culpable. Es verdad incluso para aquellos que cometen graves males y están condenados por los crímenes más crueles y violentos", señaló.
La pena de muerte, continuó, "viola la dignidad de la persona condenada y le quita a esa persona la posibilidad de cambiar su corazón y ser rehabilitado a través de la misericordia de Dios".
"Con los avances en la aplicación de la ley y la justicia penal, no necesitamos ejecutar criminales para mantener segura a nuestra sociedad o evitar que delincuentes violentos cometan mayor violencia", aseguró.
"Necesitamos continuar abordando las inequidades en nuestro Sistema de justicia criminal, para mejorar las condiciones en nuestras prisiones y proveer alternativas al encarcelamiento para crímenes no violentos".
Además, dijo el Arzobispo de Los Ángeles, "necesitamos seguir buscando formas para rehabilitar a los delincuentes, para que ellos puedan ser restaurados a la sociedad y lleven vidas productivas y dignificadas".
"Mucho más debe hacerse en California para hacer frente a las condiciones sociales que aumentan el crimen y la violencia en nuestras comunidades".
Mons. Gomez aseguró también que en esta fecha es "importante recordar a las víctimas de crímenes violentos y a sus seres queridos. Los confiamos al Padre de misericordia y nos comprometemos a ayudarles a encontrar sanación y paz".
"Deberíamos también dar gracias por el sacrificio de la policía y los agentes del orden, que arriesgan sus vidas cada día para mantener seguras a nuestras comunidades"
"Como cristianos, estamos llamados a proclamar el Evangelio de la Vida", subrayó el Prelado, y alentó a seguir trabajando en una "sociedad donde toda vida humana sea bienvenida y considerada sagrada".