El Arzobispo Mayor de la Iglesia Greco Católica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, acusó el lunes a las fuerzas rusas de cometer "genocidio" en la ciudad sitiada de Mariupol.
En un video mensaje emitido el 21 de marzo, el Arzobispo dijo que los civiles estaban muriendo "de odio" en el asentamiento ubicado en el sureste de Ucrania y conocido como la "Ciudad de María".
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"Hoy nos solidarizamos con la ciudad de Mariupol, donde se está dando un verdadero genocidio", dijo. "La gente está muriendo no solo por las armas enemigas, sino también por el odio. Cientos de personas se mueren de hambre, no solo en la ciudad sino también en sus alrededores".
El término "genocidio", acuñado por el abogado polaco Raphael Lemkin en 1944, fue reconocido como delito en el derecho internacional por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1946.
La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948 define el genocidio como la comisión de actos "con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso".
Funcionarios del Gobierno ucraniano han acusado a Rusia de cometer genocidio desde la invasión a gran escala lanzada el 24 de febrero.
Mariupol, una ciudad con una población de más de 400 mil habitantes antes de la guerra, ahora yace en ruinas tras el bombardeo ruso. Se informó que las bombas cayeron sobre una clínica de maternidad, una escuela de arte que albergaba a cientos de residentes y un teatro donde cientos de personas habían buscado refugio. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, calificó el asalto a Mariupol como "un terror que será recordado en los siglos venideros".
Las autoridades rusas han negado que los civiles estén siendo atacados. En vísperas de la invasión, el presidente Vladimir Putin acusó a las fuerzas ucranianas de cometer un "genocidio" contra los ruso-parlantes en la región oriental de Donbas, acusación que ha sido rechazada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
La oficina de derechos humanos de la ONU dijo el 20 de marzo que había registrado 2.361 bajas civiles en Ucrania, con 902 muertos y 1.459 heridos. Indicó que era probable que las cifras reales fueran considerablemente más altas.
En su mensaje del lunes, el Arzobispo Shevchuk dijo: "Crímenes reales contra la humanidad están ocurriendo en los territorios temporalmente ocupados. Todos los días recibimos noticias sobre una verdadera catástrofe humanitaria, sobre asesinatos, saqueos, violaciones".
"Pero incluso allí, especialmente en el sur de Ucrania, los civiles protestan contra el poder ocupante. La gente protesta contra sus opresores y asesinos, y muestra que Kherson y otras ciudades de Ucrania, que están bajo ocupación hoy, son Ucrania, y quieren vivir en un estado ucraniano, independiente y libre".
"Pido a todos que oremos por aquellas personas que están siendo deportadas a la fuerza de Ucrania hacia Rusia. Nuevamente tenemos los hechos de una ola de deportación forzosa de ciudadanos ucranianos a un estado extranjero. Ninguno de nosotros sabe qué destino les espera allí, porque no deciden por sí mismos lo que van a hacer", denunció.
El Arzobispo de 51 años, con sede en la capital ucraniana, Kiev, ha emitido mensajes de video diarios desde el comienzo de la invasión.
En su discurso del 20 de marzo, dijo que las iglesias estaban siendo destruidas en medio de los combates.
"En estos 25 días han sido destruidas casi 44 iglesias y edificios religiosos", dijo.
"Es extraño que la mayoría de estas iglesias pertenezcan hoy a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú".
En su mensaje del 19 de marzo, Su Beatitud Shevchuk señaló que los católicos de Ucrania y Rusia se estaban preparando para la consagración de ambos países al Inmaculado Corazón de María por parte del Papa Francisco el 25 de marzo.
El Arzobispo pidió a la Virgen María que reciba bajo su protección al "pueblo ucraniano".
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en CNA.