Tras la reciente firma de un acuerdo entre el Gobierno de Ecuador y los representantes indígenas, con mediación de la Iglesia Católica, el Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), Mons. Luis Cabrera, aseguró que el diálogo es el "camino único" para resolver los problemas sociales.
La participación del Episcopado ecuatoriano fue clave para que el 30 de junio se firmen una serie de compromisos entre el Gobierno y los manifestantes, que puso fin al paro nacional luego de 18 días de protestas y enfrentamientos que dejaron seis fallecidos, entre ellos un militar, y unos 500 heridos.
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En declaraciones a EWTN Noticias, Mons. Cabrera, quien estuvo presente durante la firma, enfatizó que recibe este acuerdo "con mucha gratitud a las partes".
Además, dijo, "también con una confianza porque sé que todo aquello que consensuaron y se comprometieron lo llevarán a la práctica".
"Tanto es así que se señalaron 90 días para que las mesas técnicas puedan asumir cada uno de los temas y encontrar la solución que beneficie a todos los ecuatorianos y particularmente a los sectores marginados y excluidos de la sociedad".
El Gobierno de Ecuador se ha comprometido a bajar en 15 centavos de dólar el precio de los combustibles subsidiados, derogar el estado de excepción decretado en cuatro provincias, así como no dar más concesiones mineras en reservas naturales, áreas de recarga hídrica, zonas intangibles y territorios indígenas.
No obstante, para el Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana se tiene que ir más allá y trabajar en los "grandes desafíos de reconciliación nacional", porque "hay muchos heridos, no solo físicamente, sino sobre todo a nivel psicológico y a nivel espiritual".
Por ello propone un trabajo entre los miembros de la sociedad civil junto con la Iglesia Católica, "siguiendo siempre los caminos de la justicia que tienen que reparar a las víctimas", y a través del perdón.
Asimismo, el también Arzobispo de Guayaquil anima a reflexionar sobre la lección del diálogo, que "sigue siendo el camino único para resolver los grandes problemas sociales, políticos, económicos, culturales, religiosos".
"La violencia no aporta en nada", resaltó.
De igual manera, Mons. Cabrera dijo que la segunda lección a considerar es la necesidad de profundizar en la diversidad de culturas que habitan Ecuador.
"Yo creo que conocer la estructura, la espiritualidad, la cosmovisión y todo aquello que tiene cada cultura hará posible que todos los ecuatorianos seamos primero conocidos, segundo respetados, tercero valorados e integrados en una sola y buena convivencia fraterna", expresó.