La Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua señaló que la ciudadanía debe exigir el respeto del voto popular en las elecciones generales del 7 de noviembre, en las que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que se mantiene en el poder desde 2007, busca reelegirse por un nuevo periodo.
"Frente al panorama electoral debemos exigir con los medios disponibles el respeto al voto del pueblo para que las elecciones sean creíbles, justas y transparentes", indicó la Comisión en un comunicado emitido el miércoles 7 de julio.
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Agregó que "como cristianos abogamos por el respeto a la voluntad de los ciudadanos expresada en comicios libres, por el respeto a los derechos humanos de todos los nicaragüenses, de los injustamente detenidos y por la inmediata restitución de sus derechos civiles".
La oposición y la prensa internacional ha denunciado que en Nicaragua cada día aumenta la represión del régimen del presidente Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional, contra diversos líderes opositores.
Hasta la fecha dos partidos opositores han sido eliminados. Además han sido arrestados seis aspirantes a la presidencia: Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Miguel Moral, Juan Sebastián Chamorro y Medardo Mairena.
Mairena fue el último en ser detenido. El lunes 5 de julio lo arrestaron junto a otros cuatro líderes estudiantiles y dirigentes campesinos, acusados, entre otros cargos, de "menoscabar la soberanía".
A cuatro meses de las elecciones ya son 26 opositores al Gobierno de Ortega que han sido arrestados.
Según la presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Antonia Urrejola, "cada día se ve más lejos la posibilidad de que Nicaragua tenga elecciones libres, justas, equitativas. El asedio y la persecución a todas las voces disidentes no se detienen".
El 7 de junio, The New York Times publicó un artículo sobre la represión en Nicaragua. Indicó que a unos meses de las elecciones, "Ortega deja al país a un paso de convertirse en un Estado de partido único, al tomar medidas drásticas contra la oposición a un grado que no se ha visto desde la brutal represión de las protestas antigubernamentales de 2018, dicen los expertos".
En su comunicado del 7 de julio, la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua también señaló "con tristeza" la constatación de una nueva "migración de nicaragüenses en su gran mayoría jóvenes por persecuciones políticas".
"Frente a esta realidad el cristiano actúa confiando en el Señor, practicando la caridad, la justicia, resistiéndose a la tentación de caer en la violencia, elevando constantemente su oración para que nos ilumine el sol que nace de lo alto y disipe toda tiniebla y sombra de muerte", añadió.
El domingo 4 de julio, el Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes, dijo durante su homilía que "vivimos en medio de las dificultades, de los insultos, de las privaciones, de las persecuciones, de las calumnias".
"Tenemos dificultades, tenemos problemas, tenemos problemas de la pandemia que nos desesperan, tenemos nuestros problemas políticos, sociales, económicos, familias que sufren porque muchos de sus familiares están privados de libertad", señaló.
A inicios de junio, el Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, también aseguró que "Nicaragua vive serios y complejos conflictos; necesitamos urgentemente cauces para resolverlos".
"No se puede vivir excluyendo al otro, censurando y descartando al adversario porque entonces se militariza la política y se le despoja de su verdadero sentido que es la búsqueda del bien común y pondríamos al país al borde de una dinámica devastadora", dijo el Obispo nicaragüense que no mencionó a Ortega.
Con esto sufren especialmente "los más pobres y débiles, que deben pagar en pobreza y mayores costos, como sería cualquier insensatez de no dialogar y negarnos la oportunidad de construir un país entre y para todos, sin exclusión", añadió.