La Asamblea Legislativa del Territorio de Canberra (Australia) aprobó una ley para obligar a los sacerdotes a romper el secreto de confesión cuando durante la administración del sacramento conozcan de algún caso de abuso sexual.
La medida aprobada el 7 de junio. Contó con el apoyo de los tres principales partidos políticos de Australia y entrará en vigor el 31 de marzo de 2019.
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La Arquidiócesis de Canberra y Goulburn tendrá nueve meses para negociar con el Gobierno el funcionamiento de la nueva normativa.
El propósito de la ley, bajo el nombre de Enmienda Ombudsman 2018, es ampliar el Esquema de Conducta Denunciable que rige las denuncias de abuso y mala conducta contra menores de edad, incluyendo también a organizaciones religiosas.
En una columna de opinión publicada en The Canberra Times el 7 de junio, el Arzobispo de Canberra y Goulburn, Mons. Christopher Prowse, afirmó que apoya las medidas del Gobierno, pero no cuando se trata de romper el secreto de confesión.
"Apoyo el Esquema de Conducta Denunciable del Gobierno. Cuando el plan del Gobierno para reportar todas las acusaciones de abuso infantil no incluía parroquias y comunidades de fe, pedí que se rectificara y fortaleciera esa anomalía. Pero no puedo apoyar el plan del Gobierno de romper el secreto de confesión", señaló el Arzobispo.
También dejó en claro que toda la Iglesia en Australia comparte la preocupación de las autoridades de proteger la seguridad de los niños y desea ser parte de la solución.
"Los proyectos de ley son una consecuencia del profundo fracaso del liderazgo de la Iglesia y del deber de cuidado que le debemos a los niños. Es un fracaso que perseguirá a la Iglesia durante décadas, y que ha perseguido a muchos sobrevivientes por incluso más tiempo", dijo.
Por tanto, aseguró que la Iglesia hace "todo lo posible" en la actualidad para asegurarse que escuelas y parroquias "sean lugares seguros", y que los protocolos y procedimientos respondan "de inmediato a estos problemas".
Razones para conservar el secreto de confesión
El Arzobispo también dijo que no apoya el plan del Gobierno de romper el secreto de confesión porque, entre otras cosas, los abusadores de niños no confiesan sus crímenes a la policía o a los sacerdotes. Además, advirtió, la nueva legislación amenazaría la libertad religiosa.
"¿Qué agresor sexual confesaría a un sacerdote sabiendo que sería denunciado? Es la experiencia cotidiana de los pastores la que señala que los abusadores de niños no confiesan el crimen a la policía o a sacerdotes. Si se retira el secreto confesional, la remota posibilidad de que confiesen y sean aconsejados a informar del hecho se habría ido", precisa.
En ese contexto, indicó también que no hay "garantía de que un sacerdote conozca la identidad del penitente".
"Si hay una rejilla en el confesionario, el sacerdote no vería al penitente. Y si lo ve, es posible que no lo conozca. No hay ningún requisito para que una persona confiese su identidad", explicó.
Asimismo, Mons. Prowse recordó que los sacerdotes están obligados por un voto sagrado a mantener el secreto confesión.
"Sin ese voto, ¿quién estaría dispuesto a desahogarse de sus pecados, buscar el sabio consejo de un sacerdote y recibir el perdón misericordioso de Dios?", preguntó.
En ese contexto, afirmó que la legislación amenaza la libertad religiosa de los católicos. "La libertad religiosa es la libertad de mantener una creencia y, en segundo lugar, la libertad de manifestar creencia en la comunidad y en público, en privado e individualmente en el culto, la observancia, la práctica y la enseñanza", señaló.
"El Gobierno amenaza la libertad religiosa al designarse a sí mismo un experto en prácticas religiosas y al intentar cambiar el sacramento de la confesión sin ofrecer ninguna mejora en la seguridad de los niños", denunció.
Finalmente, dijo que la razón por la cual es probable que estas normas sean aprobadas "no es la protección de los niños, sino la historia impactante de abuso en la Iglesia Católica".
"Tristemente, romper el secreto de confesión no evitará el abuso y no ayudará a nuestros esfuerzos continuos para mejorar la seguridad de los niños en las instituciones católicas. Instamos al primer ministro a permitir que la comunidad católica participe en esta conversación para garantizar que formemos parte de la solución", añadió.
¿Qué dice el derecho canónico sobre el secreto de confesión?
El Derecho Canónico que rige a la Iglesia señala que "el sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo".
Asimismo, "está terminantemente prohibido al confesor hacer uso, con perjuicio del penitente, de los conocimientos adquiridos en la confesión, aunque no haya peligro alguno de revelación".
Un sacerdote confesor que "viola directamente el sigilo sacramental, incurre en excomunión latae sententiae (automática) reservada a la Sede Apostólica", que solo puede ser levantada por el Papa.