El Arzobispo de Barcelona, Cardenal Juan José Omella Omella, llamó a los fieles a que se aparten del ruido del consumismo de estas fechas festivas para celebrar el nacimiento de Cristo en familia y compartir esta alegría con los "hijos predilectos" de Dios que son los pobres.
Este domingo 20 de diciembre, el Cardenal Omella dijo en su carta dominical titulada "La Navidad de los pobres" que la esencia de esta fecha "está en celebrar y compartir en familia el nacimiento de Jesús". Pero, advirtió que "lamentablemente, nos puede suceder que, deslumbrados por el consumismo, olvidemos esa esencia".
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"La Navidad se puede convertir en algo muy distinto: en una vorágine de compras y ventas, en envolver y desenvolver regalos para satisfacer ilusiones efímeras. La Navidad llega envuelta de un ruido constante que nos aparta del silencio interior que todos necesitamos para celebrar la venida de Cristo", dijo.
El Purpurado señaló que en medio de este contexto, "los pobres, que viven en la miseria, a veces en la calle o en viviendas sin condiciones, o los que están solos y enfermos, pueden llegar a vivir el resplandor de la Navidad como una pesadilla".
Explicó que los pobres, al verse "rodeados de abundancia a la cual no pueden acceder, se sienten aún más pobres y estigmatizados" y "sienten el frío del invierno en sus cuerpos y en su corazón".
En ese sentido, recordó a los fieles que "Jesús" atravesó las necesidades de muchos de estos pobres, pues "nació en la miseria y en la soledad, en un pesebre sucio y maloliente. Jesús vino como Redentor pobre; se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza".
Cristo "no ambicionó nada, no se apegó a nada. Se hizo pobre por amor hacia ti y hacia mí, hacia todos y cada uno de los que nos rodean. Podía haber elegido la riqueza o el poder de los hombres, pero eligió nacer pobre. Eligió la debilidad y la dependencia", señaló.
El Cardenal Omella fue enfático al recordar que Cristo "eligió a los indigentes, a los indefensos, a los empobrecidos, a los abandonados, a los enfermos, a los migrantes, a los que pasan hambre, a los expulsados de la sociedad. Jesús siempre estuvo con ellos. Jesús nos muestra cómo Dios siente debilidad por todo aquel que se siente frágil, pobre, excluido".
Explicó que la persona de Jesús nos revela un rostro de Dios de "Padre generoso que ofrece su esperanza a los que no tienen nada. Por eso es el Dios de los pobres, porque ha hecho una opción preferencial por ellos. Los convirtió en hijos predilectos", aseguró.
"Dios conoce sus penas, los toma en sus manos y les devuelve el valor, la fuerza y la dignidad. ¡Qué bueno y necesario es reconocer nuestras pobrezas y fragilidades!", agregó.
A partir de esta reflexión, el Cardenal Omella interpeló a los fieles sobre su relación con los pobres de hoy y los llamó a ser generosos con ellos, especialmente en Navidad.
"Quizás, si recordáramos que los pobres están hechos a imagen y semejanza de Dios no sufrirían nuestro desprecio ni el de la sociedad. Por eso, Jesús los defiende y se pone a su lado. Y así nos está ayudando a acercarnos a Dios a través de los pobres".
El Purpurado recordó que en el pasado, muchos hogares compartían "la comida de Navidad con un pobre". En ese sentido, animó a los católicos a tener iniciativas solidarias con los necesitados y les recordó que la alegría de compartir "es mutua".
"Poner un plato más en nuestras mesas navideñas podría ser un entrañable regalo de Navidad que podríamos hacer y hacernos, porque la inmensa satisfacción de ofrecer y recibir es mutua. Dar la mano y acoger a los más necesitados es, sin duda, el regalo más valioso que podemos hacer y es también la puerta a la vida eterna", dijo.
Finalmente, el Cardenal Omella dijo que las celebraciones navideñas en medio de la pandemia serán diferentes, pero animó a recordar que Cristo viene a traernos esperanza.
"Queridos hermanos y hermanas, os deseo una santa Navidad en familia. Este año la viviremos en complejas circunstancias como consecuencia de la pandemia que nos azota. En medio del dolor, celebremos la Navidad, revivamos el misterio de un Dios que se ha hecho uno de nosotros para mostrarnos su ternura y su amor. La auténtica Navidad es y será siempre fuente de esperanza", concluyó.