La Iglesia Católica en Honduras hizo un llamado urgente a las autoridades a aclarar las circunstancias en las que 48 mujeres murieron al interior del Centro Femenino de Readaptación Social (CEFAS) el pasado martes 20 de junio en la localidad de Tamara, a unos 32 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa, la capital del país.
De acuerdo a las autoridades locales, el 20 de junio se produjo un enfrentamiento entre pandillas rivales al interior del CEFAS, que desencadenó en un incendio, así como en asesinatos a balazos y con arma blanca.
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A través de Twitter, el Obispo de San Pedro Sula, Mons. Ángel Garachana Pérez, escribió: "¡La tragedia se repite: 48 mujeres quemadas o asesinadas en CEFAS!".
"¿Quién no se estremece de dolor por ellas y por sus familiares? ¿Quién no se pregunta indignado, cuándo se va a emprender la transformación radical e integral de un sistema penitenciario corrupto y fracasado?", cuestionó.
La cifra de mujeres fallecidas se encuentra envuelta en polémica. El Ministerio Público de Honduras contabilizó 41 en un comunicado publicado el 20 de junio. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH), suman 46.
Otras fuentes, entre ellos Mons. Garachana Pérez, apuntan a cifras aún mayores.
La Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Tegucigalpa demandó que las autoridades esclarezcan "este cruel suceso" y que se brinden "respuestas de lo ocurrido".
Además, exigió que se refuerce "la seguridad" en las cárceles, para que "funcione de manera efectiva y oportuna".
El P. Juan Ángel López, portavoz de la Conferencia Episcopal de Honduras, en declaraciones al periódico hondureño La Prensa, manifestó su pesar: "Las estadísticas son frías y no reflejan sino que ocultan y nos vuelven insensibles ante el dolor concreto. ¡Basta ya de excusas!".