En un mensaje dirigido a la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), el Papa Francisco destacó la importancia de esta institución para la Iglesia y la invitó a una "nueva imaginación de la caridad", más allá de la eficiencia administrativa.
"La reciente promulgación de la constitución apostólica Praedicate Evangelium implica un proceso de conversión misionera y sinodal de todos los que trabajamos en el gobierno de la Iglesia universal", señaló este 23 de junio con motivo de un encuentro en el Vaticano con las instituciones y organismos de ayuda a la Iglesia en América Latina.
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El Santo Padre subrayó que las reformas en la Iglesia deben trascender lo "meramente administrativo o procedimental" y "requieren un cambio de vida que puede mostrar nítidamente el rostro genuino de Jesucristo".
En este sentido, resaltó lo dispuesto en la constitución Praedicate Evangelium, la cual busca "armonizar mejor el servicio de la Curia con el camino de evangelización" que la Iglesia está experimentando.
En ese contexto, el Papa Francisco manifestó su deseo de que la CAL, presidida por Mons. Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos, se mantenga y madure "en el contexto general de renovación de la Curia y de la Iglesia en general".
En la actualidad, explicó, esta institución tiene por misión ocuparse "del estudio de las cuestiones que se refieren a la vida y al desarrollo" de las Iglesias particulares de América Latina y como un puente entre "las instituciones eclesiásticas internacionales y nacionales, que trabajan para las regiones de América Latina, y las instituciones curiales".
En este sentido, el Papa Francisco expresó que la CAL desempeña un papel crucial al asesorar y apoyar a los dicasterios interesados en asuntos latinoamericanos.
Tratándose de un encuentro de instituciones y organismos de ayuda a la Iglesia en América Latina, el Santo Padre hizo hincapié asimismo en la importancia de una "nueva imaginación de la caridad".
Más allá de la eficiencia administrativa y el esfuerzo humanitario, el Papa instó a "redescubrir cada día, con asombro y gratitud, que la fe cristiana es la certeza de la amistad de un Dios" que nos precede.
"Lo verdaderamente original de nuestra ayuda es la caridad de Jesucristo que nos apremia, es ese amor que nos precede y nos invita a confesar a Dios Padre, principio de todo bien; a Jesucristo, nuestro Hermano, que nos ha redimido; al Espíritu Santo que guía a la Iglesia, crea comunión y orienta a la humanidad hacia su plenitud", explicó.
"Si lo 'esencial cristiano' no está presente, sólo queda el frío pragmatismo que termina asfixiando a las instituciones eclesiales y a sus miembros", agregó.
El Papa Francisco reconoció que se necesita solidaridad para ayudar a América Latina a "evangelizar las periferias geográficas y existenciales", así como para "atender las necesidades de los más pobres y excluidos".
Sin embargo, advirtió contra las "tentaciones voluntaristas y pelagianas", instando a que todas las ayudas se realicen desde una auténtica clave cristiana.
Finalmente, invocó la intercesión de la Santísima Virgen de Guadalupe, y animó a los presentes a soñar con nuevas formas de presencia, servicio y acción caritativa en sintonía con el mensaje cristiano.
Con este mensaje, el Papa Francisco reafirmó su compromiso con América Latina y destacó la importancia de la labor de la Pontificia Comisión para América Latina en la promoción de la evangelización y la solidaridad en la región.