Este viernes el Papa Francisco recibió en la Capilla Sixtina a cerca de 200 ilustres artistas con motivo del 50° aniversario de la inauguración de la Colección de Arte Moderno y Contemporáneo de los Museos Vaticanos.
Estuvieron presentes pintores, escultores, arquitectos, escritores, poetas, músicos, directores y actores.
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En su discurso de este 23 junio, el Santo Padre aseguró a los presentes que "¡son partícipes del sueño de Dios!", porque con sus "talentos sacan a la luz algo excepcional" y "enriquecen el mundo con algo nuevo".
"Se puede decir que la creatividad del artista comparte la pasión de Dios por la creación, la pasión con la que creó", subrayó.
Según el Pontífice, es en el encuentro con el arte que "las fronteras se vuelven más fluidas y los límites de nuestra experiencia y comprensión se amplían". "Todo parece más abierto y accesible. Experimentamos la espontaneidad del niño lleno de imaginación y la intuición del visionario que capta la realidad".
Al dar "rienda suelta a la originalidad, la novedad y la creatividad", el artista "trae al mundo algo nuevo" y "desenmascara la mentira de que el hombre es un 'ser para la muerte'", recordó el Papa.
"Ciertamente debemos enfrentarnos a nuestra mortalidad, pero no somos seres para la muerte, sino para la vida", acotó.
El Santo Padre también resaltó que, como artistas, tienen la capacidad "de soñar nuevas versiones del mundo". "Ustedes son un poco como los profetas. Pueden ver las cosas tanto en profundidad como de lejos".
"Al hacerlo, están llamados a rechazar el encanto de esa belleza artificial, superficial, tan popular hoy y muchas veces cómplice de los mecanismos económicos que generan desigualdad. No es una belleza que atrae, sino una que nace muerta, sin vida", reflexionó.
Francisco reconoció en los artistas su intención de invitar a que la gente piense y "esté alerta".
"Quieren revelar la realidad también en sus contradicciones y en aquellas cosas que es más cómodo y conveniente mantener ocultas. Como los profetas bíblicos, nos enfrentan a cosas que a veces son incómodas; critican los falsos mitos y los nuevos ídolos de hoy, los discursos banales, las trampas del consumo, las artimañas de poder", explicó.
Asimismo sostuvo que los artistas, "como videntes, hombres y mujeres de discernimiento, con conciencias críticas", son aliados suyos en tantas cosas "como la defensa de la vida humana, la justicia social, la preocupación por los pobres, el cuidado de la casa común, la fraternidad humana universal".
"El arte nunca puede servir como anestésico; trae paz, pero lejos de adormecer las conciencias, las mantiene alerta. A menudo, como artistas, intentan sondear las profundidades de la condición humana, sus oscuros abismos", recordó.
"Al mismo tiempo -continuó-, es necesario dejar brillar la luz de la esperanza en esa oscuridad, en medio de nuestro egoísmo e indiferencia".
En otro momento, el Papa Francisco reconoció que estaba feliz al tener la oportunidad de compartir este tiempo, "porque la Iglesia siempre ha tenido una relación con los artistas que se puede describir como natural y especial".
Asimismo, aprovechó el momento para pedirles que no se olviden nunca de los pobres, "quienes son los más cercanos al corazón de Cristo, de los afectados por todas las formas de pobreza de hoy".
"Los pobres también tienen necesidad del arte y de la belleza. Algunos están viviendo vidas de gran dificultad, por lo que tienen una necesidad aún mayor de esto. Por lo general, no tienen voz para hacerse oír. Ustedes pueden elegir convertirse en los intérpretes de su súplica silenciosa", aseguró.
Finalmente, les dio las gracias por la visita y reiteró su estima hacia ellos y su trabajo.
"Espero y ruego que sus obras sean dignas de las mujeres y los hombres de esta tierra, y rindan gloria a Dios, que es el Padre de todos y a quien todos buscan, también a través del testimonio de las obras de arte. Y finalmente les pido, por favor, en armonía, que oren por mí", concluyó.