A través de la revista Palabra Nueva, el Arzobispado de La Habana pidió al gobierno de Fidel Castro aprovechar el rechazo de los cubanos al endurecimiento del embargo por parte de Estados Unidos, para abrirse a todos los cubanos, incluso a quienes disienten políticamente.
“¿Por qué no levantar de una vez el proyecto ‘con todos y para el bien de todos’ los cubanos, incluyendo a todos los que piensan de forma diversa y tienen criterios políticos diferentes dentro de Cuba y desean participar?”, cuestionó la publicación arzobispal.
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En la columna del director, Orlando Márquez, se señala que “Cuba gana con la unidad y la participación de todos los que se comprometen con ella aún desde posiciones distintas”.
En efecto, el 6 de mayo el gobierno estadounidense presentó un plan de nuevas medidas para “acelerar una transición hacia la democracia” en la Isla, suscitando el rechazo en sectores afines a Castro, la disidencia interna, la diáspora y la Iglesia.
Palabra Nueva recomendó al gobierno prestar “particular atención” a ese rechazo manifestado incluso por “declarados enemigos políticos del Gobierno cubano”, ante las propuestas de que el futuro de la isla sea concebido por un gobierno extranjero.
“¿Se seguirá llamando mercenarios -y excluyendo- a esos opositores o disidentes que públicamente han defendido la nación soberana e independiente?”, cuestionó.