El P. José Peiró Durá, incardinado en la Archidiócesis de Valencia, ha fallecido a los 100 años en la casa sacerdotal Betania localizada en Quart de Poblet. El presbítero estaba a punto de celebrar los 76 años de su ordenación sacerdotal.
El Arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, celebrará este miércoles la Misa exequial en la localidad natal del presbítero, Benaguasil.
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El pasado 10 de marzo, cuando celebró su centésimo cumpleaños, afirmó que se encontraba "muy contento y con muchas ganas de seguir viviendo", según refiere un comunicado difundido por el Arzobispado de Valencia.
Con motivo de esta importante celebración, el Ayuntamiento de Benaguasil formalizó el nombramiento del presbítero como hijo predilecto en reconocimiento a su labor durante décadas.
Como respuesta a este homenaje, el P. Peiró se mostró agradecido y humilde: "No agradezcáis mi trabajo pastoral. Ha sido posible gracias a la ayuda del Señor y de la Virgen. No es mérito mío".
Ordenado en 1947, a los 24 años, el P. Peiró comenzó su labor evangelizadora como vicario parroquial de San Miguel Arcángel en la localidad de Burjassot. Con posterioridad asumió la rectoría de varias parroquias hasta 1977.
Entonces fue destinado a Líria, donde permaneció durante 19 años como vicario parroquial en la Asunción de Nuestra Señora. En 1996 fue enviado a su pueblo natal, donde se desempeñó hasta el año 2020.
Con 93 años y durante dos años, asistió como capellán a las Terciarias Capuchinas que custodian el Santuario de Montiel y acompañó a los enfermos.
Según refiere el Arzobispado, el P. Peiró estaba especialmente contento con este servicio: "La muerte es un momento decisivo, el final de la vida, es el paso más importante, el último, y es mejor darlo acompañado y preparado".
Según la superiora de la Casa Betania donde ha residido los últimos tres años, el sacerdote rezaba cada día laudes y vísperas con su teléfono móvil.