En una entrevista concedida al diario La Razón, Manuel Jiménez de Parga, ex presidente del Tribunal Constitucional, denunció la situación de acoso que vive la Iglesia y calificó de “asfixiante” el clima contra lo religioso en España.
Al ser preguntado sobre los ataques existentes en la sociedad española contra la Iglesia a los que se refirió en una oportunidad anterior, el día de su despedida como presidente del Alto Tribunal, Jiménez de Parga precisó haberse referido “a un clima que se ha creado en los últimos tiempos en España, un clima a mi juicio, asfixiante”.
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“Se decía que la enseñanza en los colegios religiosos era una enseñanza mala, perversa incluso, donde a los niños se les maltrataba, en el sentido de desorientarlos en su vida. Y también quise referirme a una serie de hechos, que se han ido repitiendo, en los que la gente se callaba, a pesar de aparecer en los medios de comunicación: una obra con un título blasfemo, gravemente ofensivo, o la proyección de películas en la que se insistía en estas injustas e inexactas descalificaciones de los colegios religiosos”, añadió Jiménez de Parga.
El hasta hace unos días presidente del Tribunal, mostró su preocupación e indignación por la “cobardía de los centenares de antiguos alumnos de esos colegios que, por distintos motivos, estaban callados. En privado te decían que era intolerable, pero no salía una voz que protestase públicamente”.
Con respecto a la publicación de textos blasfemos e injurias, Jiménez de Parga declaró que “hay que intentar por todos los medios que esas manifestaciones injuriosas no se produzcan y, si se producen, hay que criticarlas y no dejarlas pasar por alto como si se tratara de un hecho intrascendente”.
Interrogado sobre la posible “falta de reciedumbre en confesar la fe”, el ex presidente del Alto Tribunal señaló que “hay en general temor a decir cosas que no sean ‘políticamente correctas’ y, naturalmente, si no tienes el valor de arriesgarte con las críticas y desprecios que puedas recibir de algunos, no vives más que de una forma pasiva, sin una presencia real de tus convicciones”.
Jiménez de Parga, quien no hace mucho tiempo señaló que “sin el cristianismo, Europa no sería Europa”, reiteró que en la historia del Viejo Continente, “guste o no guste, el cristianismo tiene una presencia extraordinaria, es un ingrediente esencial. Más aún, muchas veces fueron las órdenes religiosas las protagonistas de la evolución europea”.
“Hay un paralelismo entre la historia de Europa y la historia de las órdenes religiosas. En cada época, las órdenes religiosas con mayor protagonismo son las que conectan con la mentalidad dominante en ese momento. Esto es así. El cristianismo forma parte de Europa, como forma parte la cultura greco-romana o la germánica. Negarlo es crearse una Europa imaginaria que nada tiene que ver con la realidad”, concluyó el ex magistrado.