Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa Francisco presentó fiebre y por ello se ha visto obligado a cancelar las audiencias de la mañana de este viernes 26 de mayo.
"Debido a un estado febril, el Papa no ha tenido audiencias esta mañana", ha sido la breve explicación que ha dado el director de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
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En la mañana de este viernes, los periodistas acreditados en el Vaticano no han recibido la agenda del Santo Padre, y no ha sido hasta la tarde de Roma cuando se ha comunicado la razón.
En declaraciones al diario La Presse, el Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, señaló que "el Papa estaba cansado. Ayer tuvo un día muy muy intenso. Ayer por la tarde me dijeron que se reunió con mucha gente y, en el contexto de este encuentro con las Scholas Occurrentes, quiso saludar a todos y probablemente en un determinado momento la resistencia falla".
En la tarde de ayer jueves 25 de mayo el Papa Francisco participó en un encuentro con jóvenes de la fundación Scholas Occurrentes, donde se le pudo ver animado y muy activo. Ese mismo día, en una entrevista, habló sobre su salud, particularmente sobre su dolor de rodilla.
En esa entrevista, el Papa dijo que se siente "mucho mejor. Ya puedo caminar. La rodilla se fue arreglando y antes no podía caminar. Ahora he vuelto a caminar. Hay días que son más dolorosos, como hoy. Hay días que no, pero es parte del desarrollo".
Cabe recordar que el Santo Padre fue ingresado en el hospital Gemelli de Roma a finales de marzo debido a una bronquitis.
En esa ocasión, la Oficina de Prensa explicó que "en los últimos días el Papa Francisco se quejó de algunas dificultades respiratorias".
Durante la rueda de prensa en el vuelo regreso a Roma tras su viaje apostólico a Budapest (Hungría), el Santo Padre fue preguntado por su estado de salud: "Lo que tuve fue un fuerte malestar al final de la audiencia del miércoles. No tenía ganas de comer, me acosté un poco, no perdí el conocimiento, pero sí que había una fiebre muy alta y a las tres de la tarde el médico me llevó inmediatamente al hospital", señaló.
A pesar de que las comunicaciones oficiales hablaban de una bronquitis, el Pontífice aclaró que tuvo "una fuerte neumonía aguda, en la parte inferior del pulmón, gracias a Dios se lo puedo decir, hasta tal punto que el organismo, el cuerpo, respondió bien. Gracias a Dios. Esto es lo que tuve".