The Vulnerable People Project (VPP), una organización católica de defensa de los derechos humanos, evacuó en cooperación con otras instituciones a tres religiosas atrapadas en medio del fuego cruzado producto de la guerra civil en la capital de Sudán, Jartum.
El 29 de abril, la hermana Christine, una religiosa de la congregación, alertó que tres de sus compañeras habían quedado varadas en medio de los combates entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
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VPP y organizaciones asociadas no sólo rescataron a las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús –congregación diocesana nacida en Sudán del Sur–, sino que habrían salvado a unas 800 personas atrapadas en la capital sudanesa.
El 21 de mayo, Jason Jones, fundador y presidente de VPP, con sede en Estados Unidos, informó que las tres monjas habían sido evacuadas de manera segura y que en la actualidad se encuentran en Sudán del Sur.
"Por la gracia de Dios ahora ellas están fuera del país, en Sudán del Sur, y pronto regresarán a su Casa Madre, después de que reciban chequeos y controles en un hospital", informó Jones en una entrevista concedida a ACI Prensa el 23 de mayo.
"Casi 800 personas fueron rescatadas ese día, entre ellas las religiosas. Lamentablemente, en la extracción un voluntario de una organización colaboradora fue asesinado por disparos de francotiradores", continuó.
En imágenes compartidas por VPP a ACI Prensa se puede observar a las religiosas en buen estado de ánimo y salud. Además, a través de un video, una de las hermanas, llamada Lucy Tiyu, agradeció a Dios y a las organizaciones involucradas en el rescate.
"Estamos agradecidas a Dios y VPP por rescatarnos. Nunca los olvidaremos. Rezaremos por ustedes", agregó.
Jones contó que las religiosas estaban en una zona donde había intensos disparos y que la situación "fue muy aterradora" tras haber quedado atrapadas.
"Un estadounidense que suele ayudar a las hermanas se comunicó con mi organización y preguntó si las podíamos evacuar, debido a que hemos estado trabajando con socios en Sudán durante 20 años", sostuvo.
Jones inmediatamente aceptó y con su equipo armaron un plan de evacuación, considerando que dos de las monjas estaban enfermas. "Una no tenía su medicamento para la diabetes, por lo que estaba muy débil, y otra estaba luchando contra la malaria".
"Eran mayores, frágiles y la idea de un viaje largo, que al final tomó 72 horas de principio a fin, era aterrador. Así que nuestro equipo llegó y estuvo con ellas durante varios días tratando de consolarlas. Les llevamos comida, dinero, insulina. Pero luego el edificio de al lado de donde se encontraban fue derribado por fuego de artillería, y creo que esto las convenció de que tenían que irse con nuestro equipo", narró el presidente de VPP.
Según Jones, a pesar de que "fue un gran desafío para ellas, las hermanas eran muy valientes y fuertes, porque estaban atrapadas entre ejércitos acusados de crímenes atroces y de genocidio".
"A pesar de la vejez, de la fragilidad, de enfermedad, de lo aterrador, tuvieron mucha fortaleza para ser evacuadas a un lugar seguro", acotó.
Jones también aseguró que las religiosas rezaban en todo momento.
"Las hermanas oraban continuamente por nosotros, por los miembros de nuestro equipo, porque hay mucha gente más por rescatar. Tan pronto como fueron evacuadas, su primera preocupación fue que no nos detuvieran", contó.
El líder de VPP aseguró que su trabajo como organización católica de defensa de los derechos humanos "es apoyar a las personas más vulnerables del mundo" y "estar allí, en el momento de la cruz".
"Cuando el mundo se torna oscuro, entonces el cuerpo místico de Cristo tiene que estar allí y convertirlo en prioridad. Estamos comprometidos radicalmente con el cuidado de los católicos en Sudán, sin olvidar lo que les está pasando a los católicos en Nigeria", aseguró.
El conflicto en Sudán
El 11 de abril de 2019, desde que el ejército sudanés derrocó al presidente Omar Hasán Ahmad Al-Bashir tras las protestas populares en su contra –tras un gobierno de 30 años–, los líderes militares y sus homólogos civiles han estado enfrentados.
En un acuerdo de poder compartido nacido en julio de 2019 entre militares y civiles de Sudán, las autoridades de transición posteriores a Al-Bashir tuvieron la tarea de enfrentar un legado de abuso y represión junto con una desafiante crisis económica.
Sin embargo, el 25 de octubre de 2022, el general Abdel Fattah al-Burhan, que estaba al frente del Consejo Soberano de Sudán, la entidad que compartía el poder del país, dio un golpe de Estado anunciando la disolución del Consejo y del gobierno civil, la detención de líderes políticos y la declaración del estado de emergencia.
Desde entonces, se han incrementado las tensiones por la reforma de las fuerzas de seguridad y en el marco de las negociaciones para formar un nuevo gobierno de transición.
El gobierno militar de facto ha recibido la condena de la comunidad internacional, incluidos gobiernos y grupos de derechos humanos.
El 15 de abril, al menos 56 civiles murieron y cerca de 600 quedaron heridos tras el estallido de un enfrentamiento en Jartum entre el ejército nacional liderado por Al-Burhan y el grupo paramilitar denominado Fuerzas de Apoyo Rápido.
Jones denunció que los medios de comunicación "no están prestando atención a lo que sucede en Sudán".
"Mi equipo me ha enviado videos que rivalizan con todo lo que se ha visto en el genocidio de Ruanda, de cuerpos esparcidos por las calles, de soldados aplastando las cabezas de cientos de personas mientras yacen impotentes en el suelo", concluyó.
Al menos 550 civiles han muerto y cerca de 5.000 quedaron heridos desde el conflicto del 15 de abril, según información reciente del Ministerio de Salud de Sudán.