Esta semana un abogado de 95 años de edad recibió la noticia más esperada de su vida, el Tribunal Supremo húngaro reconoció la inocencia de su cliente: un sacerdote encarcelado por el gobierno comunista en 1949 por una acusación falsa de malversación de fondos.
Para la prensa, Gyorgy Schirilla, es tal vez el abogado defensor activo más anciano de Hungría. Por 55 años esperó respuesta a la apelación que presentó en el juicio comunista contra el sacerdote Miklos Nagy.
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"Estoy feliz, mereció la pena, después de todo", declaró el abogado aunque lamentó que su cliente no haya sido reivindicado en vida. El Padre Nagy murió hace 31 años.
El sacerdote fue torturado y encarcelado durante tres años acusado falsamente de no ingresar 24 mil dólares y 20 mil francos suizos de dinero de la Iglesia en una cuenta bancaria a tiempo, cuando las cuentas en moneda extranjera fueron congeladas.
El juicio fue parte de una campaña de los gobernantes de la Hungría comunista contra la Iglesia Católica y el Cardenal Jozsef Mindszenty.
El abogado recordó que en una visita a su cliente, el Padre Nagy le reveló que “su pena más grande no fue que le rompieron nueve dedos, sino que luego de liberarlo lo mandaron a servir (pese a ser sacerdote) al lugar más apartado del país".