Los obispos de las comunidades en los Estados Unidos a lo largo de la frontera suroeste reiteraron su compromiso para apoyar todo esfuerzo de acoger y promover la dignidad de las personas, en especial del gran número de migrantes que llegó al país en los últimos días.
"Seguimos comprometidos a apoyar los esfuerzos en curso dentro de nuestras diócesis y más allá para promover la dignidad otorgada por Dios a cada persona, incluidas aquellas que han llegado recientemente a nuestras comunidades", indicó un comunicado firmado por 8 obispos estadounidenses el 12 de mayo.
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La declaración de los obispos se dio en respuesta a la gran cantidad de migrantes que se encuentran en la frontera entre Estados Unidos y México, esperando encontrar asilo en el país norteamericano.
El Título 42, la ley de salud pública que durante los últimos tres años limitó la inmigración a los Estados Unidos, expiró el jueves 11 de mayo y el gobierno de Joe Biden pronostica la llegada de decenas de miles de migrantes en los próximos días.
Biden anunció la semana pasada que enviaría 1.500 soldados para ayudar en las tareas administrativas en la frontera. El gobierno señaló además que ampliaría las instalaciones para procesar y alojar a los migrantes.
En febrero, la administración Biden anunció su política fronteriza más restrictiva hasta el momento. El cambio de política, que algunos llaman una "prohibición de tránsito", entró en vigencia el mismo día en que termine el Título 42 y negó automáticamente el asilo a los migrantes que intenten cruzar la frontera ilegalmente.
Los obispos estadounidenses, señalaron que diariamente son "testigos de las consecuencias humanas de la migración, tanto de sus bendiciones como de sus desafíos".
"Como pastores de comunidades fronterizas, ministramos tanto a inmigrantes como a personas nativas. Nuestras congregaciones incluyen solicitantes de asilo, agentes del orden, terratenientes y funcionarios electos, que se reúnen, no como extraños o adversarios, sino como hermanos y hermanas, iguales en dignidad y valor ante el Señor", explicaron.
Asimismo, recordaron que la Iglesia sigue cooperando "en la administración de la ayuda humanitaria con funcionarios locales, estatales y federales, frecuentemente en colaboración con comunidades religiosas y organizaciones seculares afines".
En ese sentido, recordaron que "desde la fundación de nuestra nación, los católicos de todo el país han estado al frente de los esfuerzos para dar la bienvenida a los recién llegados de todas las religiones y nacionalidades".
"Como cristianos, estamos llamados a ver el rostro de Cristo en los que sufren, en los que carecen de las necesidades básicas de la vida, y nos juzgamos a nosotros mismos como comunidad de fe por la forma en que tratamos a los más vulnerables entre nosotros", recordaron.
Los prelados resaltaron que "todos estamos obligados por un llamado universal a servirnos unos a otros y a proteger la santidad de la vida humana en todas sus formas".
"Finalmente, nos unimos en oración, encomendando estas obras de misericordia a Nuestra Señora de Guadalupe como fuente de unidad en todo el continente americano. Que cada uno de nosotros sea bendecido con un corazón humanitario que late con compasión fraternal por los necesitados", concluyeron.
Los obispos que respaldan este comunicado son: Cardenal Robert McElroy de San Diego, el Arzobispo Gustavo García-Siller de San Antonio, el Obispo Peter Baldacchino de Las Cruces, el Obispo Daniel E. Flores de Brownsville, el Obispo Mark J. Seitz de El Paso, el Obispo Michael J. Hermanas de San Angelo, el Obispo James A. Tamayo de Laredo y el Obispo Edward J. Weisenburger de Tucson.