El P. Francisco Pereira, capellán del Santuario de Fátima (Portugal), aseguró que "el mensaje de la Virgen de Fátima es vigente", especialmente porque Nuestra Señora pidió a los tres pastorcitos que rezaran el Rosario todos los días por "la paz en el mundo".
En diálogo con ACI Prensa, el P. Pereira recordó que cuando la Virgen se apareció en 1917 en Cova da Iria (Portugal) "estaba ocurriendo la Primera Guerra Mundial, especialmente en Europa", y "algunos soldados portugueses estaban peleando en Francia durante la guerra".
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La Virgen de Fátima se les apareció seis veces, desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre de 1917, a tres pastorcillos portugueses: Lucía, Francisco y Jacinta. Entonces el mundo aún sufría a causa de la "Gran Guerra", como se conocía a la Primera Guerra Mundial. Para finales de ese año, además, la revolución comunista derrocó a los zares en Rusia y se instauró el régimen soviético.
Hoy en día continúa habiendo guerra en lugares como Ucrania, Líbano, Siria y Somalia, y por eso "sentimos que este mensaje de paz continúa siendo importante en el alma de las personas y es importante tratar de construir paz y pedirle a Dios esta gracia para nosotros, para poder encontrar puentes".
El presbítero destacó que actualmente vivimos en una "sociedad polarizada", llena de extremos políticos y sociales, en donde parece que, por el individualismo, "nadie puede relacionarse con otras personas".
"Ello no hace posible construir comunidades, porque cada persona está tan centrada en sus propios intereses, en sus condiciones, en sus situaciones, que el otro es visto como un enemigo al que destruir, como un adversario al que superar", lamentó.
El sacerdote espera que termine "esta forma polarizada de vernos" y se construyan puentes para "vivir de una forma más fraterna, como si fuéramos hijos de Dios".
Otro aspecto del mensaje de la Virgen que continúa vigente es la llamada universal a la santidad, resaltó el capellán del Santuario de Fátima.
Todos estamos llamados a vivir "una vida santa a través de la consagración a Dios. Ofrecerle nuestra vida es un compromiso para ser santos y poder superar el pecado", señaló.
El sacerdote destacó asimismo que"ser santo es ser uno con Dios, estar en comunión con Dios, y para estar en comunión con Dios debemos estar en comunión con nuestros hermanos y hermanas".
Por otro lado, conviene notar que "Nuestra Señora se apareció a tres pastorcitos, no sólo a Lucía individualmente o como en otros lados. Entonces, al aparecerse a este pequeño grupo de niños", nos quiere hacer notar que "si queremos crecer en santidad, debemos crecer también en comunidad", finalizó el P. Pereira.