Luis Vildoso, jefe de proyectos de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) en Venezuela, compartió la situación actual del país y de la Iglesia Católica, y cómo esta última se mantiene en medio de la crisis económica y social.
El funcionario de la fundación pontificia, que visitó recientemente 11 jurisdicciones del centro y oeste del país, aseguró haber "encontrado una Iglesia muy viva, muy unida y alegre, a pesar de que le toca avanzar cuesta arriba".
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"Se ve que Dios está allí, sosteniendo a esta comunidad: Él es su fortaleza", subrayó en una reciente entrevista con ACN.
Desde el punto de vista social, Vildoso señaló que "hay muchas iniciativas en la educación y en la salud", y que, más allá de la ayuda material, "los católicos también reciben el pan espiritual a través de distintas actividades".
"Me conmovió mucho ver el compromiso de los laicos con la Iglesia. En medio de la carencia, han mostrado generosidad con sus pastores, poniendo a su disposición vehículos y su experiencia para organizar iniciativas pastorales", explicó.
El jefe de proyectos de ACN lamentó haber llegado a algunos lugares donde hacen falta pastores para la grey.
"Muchos sacerdotes, religiosos y religiosas extranjeros han tenido que salir del país porque no les han renovado sus permisos de residencia", comentó.
Además, sostuvo que "algunos sacerdotes y obispos se sienten cansados, pues no ven una luz al final del túnel a corto plazo".
"Es por eso que es necesario ayudar al clero, contribuir con su renovación espiritual, pero sobre todo hacerlo de una manera preventiva, y para no llegar tarde a solucionar los problemas", manifestó el funcionario de ACN.
La persecución a la Iglesia en Venezuela
Vildoso considera que el "control que ejerce el gobierno sobre la población en general es evidente, en especial a través de las alcabalas, que son puestos donde siempre hay un policía que vigila, por ejemplo, en las estaciones de gasolina".
"El control también se da en los medios de comunicación. El control de la población es de alguna manera control sobre la Iglesia", explicó.
"En algún momento, el gobierno ha arremetido en contra de la Iglesia. Después de la celebración de una Misa un sacerdote recibió a los pocos días una carta de parte del gobierno que le decía: '¡Esta fue su homilía!'. La Iglesia de alguna manera está arrinconada", lamentó Vildoso.
La situación del país
Después de su viaje a Venezuela, Vildoso reconoció que el país es muy rico en recursos energéticos, como petróleo y gas, y que se puede ver que hay muy buena infraestructura.
Sin embargo, comentó que es innegable, al mismo tiempo, que "el país vive una situación de pobreza muy grave, donde los números macroeconómicos hablan por sí mismos".
"Una persona que trabaja para el Estado, por ejemplo en salud o educación, gana un sueldo promedio de 6 a 12 dólares mensuales, y el costo de la canasta básica familiar por mes es aproximadamente de 200 dólares para una familia de cinco personas", expresó.
Además, "la industria en general está paralizada o significativamente mermada, como la industria petrolera que está por debajo del nivel mínimo de producción".
Respecto a cómo la crisis afecta a la Iglesia, el funcionario de ACN indicó que esta "necesita urgentemente nuestro apoyo", pues los altos índices de pobreza están afectando "directamente el sostenimiento de la Iglesia".
"Sigue siendo prioridad para nosotros cuidar al clero, también a las religiosas que hacen una labor encomiable y a todos los agentes pastorales. Pero al mismo tiempo, también nos interesa muchísimo promover la formación de los laicos, que haya encuentros personales con Dios e iniciativas que nos ayuden a sostener ese encuentro", agregó.
Pese a la crisis económica y social, Vildoso aseguró que "hace poco se han abierto casinos, negocios de venta de autos como Ferrari, pistas de karts, un moderno estadio de béisbol nuevo e incluso la construcción de clínicas privadas".
"Todo esto, de alguna manera [está] reservado a 'los enchufados', aquellos que están ligados al régimen actual", puntualizó.
Vildoso sostiene que los obispos piensan y creen que el cambio en el país vendrá con las futuras generaciones.
"Por eso, han puesto énfasis en apoyar a los jóvenes mediante creativas iniciativas pastorales para conectar con ellos. Venezuela tiene 7 millones de personas fuera del país, que coincide con jóvenes profesionales. Por ello, la juventud está recibiendo una atención especial para evitar la emigración", agregó.