Mons. Francisco Javier Acero, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, expresó la profunda preocupación de la Iglesia por las "oleadas de migrantes" que cruzan el país y advirtió que los que más sufren son "los menores no acompañados".
En diálogo con ACI Prensa, Mons. Acero manifestó que, frente a la complejidad del drama de los migrantes, "ahí estamos como Iglesia acompañándolos".
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Entre estos esfuerzos destaca el de las hermanas Josefinas, que tienen a su cargo la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento para Mujeres y Familias Migrantes y Refugiadas (CAFEMIN). El obispo resaltó la "encomiable labor de la hermana Magdalena" y de toda la comunidad, que reciben a los menores migrantes solos y cuidan de ellos.
Hizo notar asimismo que "en este tiempo, que va desde un poco antes de Semana Santa hasta este momento, una media de las personas que se les atiende en todas estas casas va de 600 a 900 personas a diario".
A ello se suma el hecho de que hay menores que, por ejemplo, en CAFEMIN, llevan dos años recibiendo apoyo escolar. "De ahí van localizando a los padres o los van guiando para llevarlos con los familiares que están del otro lado. Esto se da con ayuda de abogados".
México es un país con una larga historia de migraciones, tanto de sus ciudadanos que van a Estados Unidos, como de todos aquellos que utilizan su territorio como una vía de paso para alcanzar el "sueño americano".
De acuerdo a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, desde julio de 2022 hasta marzo de 2023 han sido detenidos más de un millón de migrantes indocumentados en su frontera sur. De estos, 67.596 eran menores de edad no acompañados.
Sólo en marzo de este año se ha aprehendido allí a 191.900 migrantes indocumentados. Más del 53% de ellos provenían de México y de países centroamericanos como Guatemala, El Salvador y Honduras. Un 3% procedía de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Según la ONG Save the Children, la mayoría de los menores no acompañados "son solicitantes de asilo que no tienen más remedio que huir de sus hogares". Muchos de ellos, indica la organización, huyen de la "violencia inimaginable" en países como El Salvador, Guatemala y Honduras, así como de la "aplastante pobreza".
El Obispo Auxiliar de México expresó su deseo de establecer "un corredor humanitario" entre Canadá, Estados Unidos, México, Centroamérica y América del Sur.
"Esto es un poco más complejo, puesto que lleva un proceso, muchas reuniones, encuentros entre los obispos responsables para ver cómo se puede ayudar con las Iglesias y entre las Iglesias", indicó.
Mons. Francisco Javier Acero alentó a no generar miedo o alarma contra los migrantes, pues "con estas actitudes lo que hacemos es estar difundiendo una xenofobia", lo que suscita un país con sus "habitantes encerrados en sí mismos y replegados. Esto es lo que no debemos tolerar".
Ante quienes consideran que los migrantes no son "suficientemente dignos", el prelado demandó que "nosotros como católicos debemos ser protagonistas de este rescate. Toda persona tiene una dignidad humana" y "derecho al amor".