El Arzobispo Paul Josef Cordes, Presidente del Pontificio Consejo Cor Unum y enviado especial del Papa Juan Pablo II a Haití y República Dominicana, recorrió este fin de semana la zona afectada por el desbordamiento del río Blanco.
"El Papa me ha pedido que os traiga su bendición y la seguridad de que estáis presentes en sus oraciones”, afirmó el Prelado durante la Misa que presidió ayer domingo en la Parroquia San José en Jimani –a 280 kilómetros al oeste de Santo Domingo–.
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En la Misa, el Arzobispo –que entregará al Pontífice un informe sobre los daños y la situación tras la tragedia– leyó el “mensaje de aliento espiritual” enviado por el Papa a los más de mil 300 damnificados y afirmó que “el Santo Padre ha tenido, desde siempre, una atención especial hacia aquellos que se encuentran en el sufrimiento”.
Según el balance oficial de daños establecido por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), la riada provocó solo en República Dominicana la muerte de 392 personas, mientras que otras 275 quedaron registradas como desaparecidas.
El Prelado se reunirá con el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, con el Nuncio Apostólico en República Dominicana, Mons. Timothy Broglio, y con los obispos haitianos.
Asimismo, Mons. Cordes visitará –además de Jimani– la localidad Arenoso, en San Francisco de Macorís; la zona de Monte Plata, que corresponde a la Arquidiócesis de Santo Domingo, y a sectores marginados en la capital, como La Barquita; para luego trasladarse a Haití.