En el vuelo que lo llevó de Hungría a Roma, el Papa Francisco mencionó el problema de la baja natalidad en países como España e Italia, e indicó que un adecuado programa de migración puede ayudarlos a enfrentar la falta de población.
Durante la acostumbrada rueda de prensa al término de cada viaje apostólico, el Santo Padre respondió sobre la constante migración de personas procedentes de Medio Oriente y África hacia Europa, y que suelen usar como ruta el mar Mediterráneo.
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El Pontífice indicó que "es un problema que Europa debe tomar en sus manos, porque hay cinco países que son los que más sufren: Chipre, Grecia, Malta, Italia, España, porque son los países mediterráneos y la mayoría desembarca allí".
El Papa recomendó "un reparto justo de los inmigrantes" que llegan a Europa, porque de lo contrario, "el problema sólo será de estos países" que tienen costas en el Mediterráneo.
Sin embargo, añadió, "hay otro problema que está relacionado con la migración, y es la tasa de natalidad".
El Papa Francisco señaló que "hay países como Italia y España que no tienen hijos". "La media de edad en Italia es de 46 años, en España es más alta todavía y hay pequeños pueblos desiertos", indicó.
En ese sentido, sugirió que "un programa de migración, pero bien llevado con el modelo que algunos países han tenido con la migración -pienso por ejemplo en Suecia en la época de las dictaduras latinoamericanas- puede ayudar también a estos países que tienen una baja natalidad".
Guerra en Ucrania
El Pontífice también respondió las preguntas sobre la guerra en Ucrania y reiteró la voluntad del Vaticano para ayudar a que se logre la paz.
"Yo estoy dispuesto. Estoy dispuesto a hacer todo lo que haya que hacer. Además, ahora hay una misión en marcha, pero aún no es pública. Vamos a ver cómo... Cuando sea pública la diré", indicó el Papa Francisco.
En ese sentido, también manifestó la disposición del Vaticano para ser intermediario y lograr que retornen con sus familias los niños ucranianos que han sido llevados a la fuerza a Rusia.
"La Santa Sede está dispuesta a hacerlo porque es justo, es una cosa justa y hay que ayudar, para que esto no sea un casus belli, sino un caso humano (...). Todos los gestos humanos ayudan, pero los gestos de crueldad no ayudan. Debemos hacer todo lo humanamente posible", expresó.
El 27 de abril, el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, fue recibido en el Vaticano por el Papa Francisco.
En declaraciones a la prensa, Shmybal informó que solicitó al Pontífice "ayuda para devolver a casa a los ucranianos y a los niños ucranianos detenidos, arrestados, deportados por la fuerza a Rusia".
Finalmente, al preguntársele si su estado de salud le permitiría ir a Portugal para la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco señaló que "de momento no se cancela" su viaje a Lisboa.