El Papa Francisco ha introducido novedades en el ordenamiento de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, que se realizará del 4 al 29 de octubre de 2023. Entre ellas se encuentran la "participación de no obispos" y el voto de los laicos, incluidas las mujeres.
En el Sínodo de octubre participarán 70 nuevos miembros no prelados, y presumiblemente la mitad de ellos serán mujeres.
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El cambio ha sido aprobado por el Pontífice el 17 de abril. Así, los laicos –hombres y mujeres– que sean elegidos para participar podrán votar por primera vez. Hasta ahora sólo tenían voz, pero el voto del documento final estaba reservado a los prelados.
Estos "miembros no obispos" son elegidos por el Papa, señalan los organizadores del Sínodo. "Con esta decisión del Santo Padre, el Sínodo seguirá siendo un Sínodo de Obispos, pero habrá esta participación ampliada", apuntó el Cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, en declaraciones a la prensa este miércoles 26 de abril de 2023.
Asimismo, los diez clérigos pertenecientes a institutos de vida consagrada, que usualmente eran elegidos por las respectivas organizaciones que representan a los Superiores Generales, serán sustituidos por cinco religiosas y cinco religiosos pertenecientes a institutos de vida consagrada. Como miembros, tendrán derecho a voto.
"A la hora de identificarlos, se tiene en cuenta no sólo su cultura general y prudencia, sino también sus conocimientos, tanto teóricos como prácticos, así como su participación en diversas capacidades en el proceso sinodal", según los organizadores.
"No es una revolución, sino un cambio importante: los 70 nuevos miembros son el 21% de la asamblea, que sigue siendo plenariamente una asamblea de obispos, con una cierta participación de no obispos", confirmó el Cardenal Jean-Claude Hollerich, Relator General de la Asamblea durante el mismo encuentro con la prensa en el Vaticano.
"Corresponderá a las asambleas continentales proponer 20 nombres, y el Papa Francisco podrá elegir 10 de cada continente y de la Conferencia de Patriarcas de Oriente Medio", continuó el también Arzobispo de Luxemburgo. "Sería bueno que entre estos 70, la mitad sean mujeres y que haya jóvenes, para que la Iglesia esté bien representada", añadió.
En febrero de 2021, el Santo Padre nombró a una religiosa, Sor Nathalie Becquart, subsecretaria del Sínodo. Entonces se supo que sería la primera mujer en votar en una asamblea sinodal. Hasta la fecha, las mujeres, religiosas o laicas, podían ser sólo "auditoras" e intervenir durante la asamblea, sin acceso al voto.
Otra novedad es la presencia en el Sínodo de obispos que no forman parte de una Conferencia Episcopal, como Luxemburgo. "Hasta ahora, estas Iglesias no estaban representadas. Esta vez podrán enviar un miembro al Sínodo. La Iglesia estará más completa en este Sínodo, y será una alegría tener a toda la Iglesia reunida en Roma", destacó el Cardenal Hollerich.
"El espacio de la tienda se amplía", explicó a su vez el Cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo. "La participación de los nuevos miembros no sólo asegura el diálogo que existe entre la profecía del pueblo de Dios y el discernimiento de los pastores –la circularidad puesta en marcha a lo largo del proceso sinodal–, sino que también asegura la memoria".
Para el Cardenal Grech, los nuevos miembros "son testigos de la memoria, del proceso sinodal, del itinerario de discernimiento que comenzó hace dos años. Esperamos que los cambios introducidos por el Santo Padre puedan enriquecer no tanto al Sínodo, cuya naturaleza no se ve afectada porque seguirá siendo el Sínodo de los Obispos, sino a toda la Iglesia".
El Sínodo es una asamblea de obispos que se reúnen convocados por el Papa y junto a él, para "intercambiarse mutuamente información y compartir experiencias, con el objetivo común de buscar soluciones pastorales que tengan validez y aplicación universal". Fue instituido como órgano permanente por el Papa San Pablo VI el 15 de septiembre de 1965.
Esta XVI Asamblea reunirá en el Vaticano, en octubre de 2023, a 300 participantes, en su mayoría obispos, pero también representantes de la vida consagrada, laicos, expertos y autoridades de la Curia Vaticana. La normativa vigente del Sínodo sigue remitiéndose a la constitución apostólica Episcopalis communio.
Respondiendo a una pregunta sobre las votaciones finales, los Purpurados reiteraron: "No estamos detrás de los votos". En esa línea, aclararon que la votación es un instrumento humano que ayudará, pero el Sínodo "es un discernimiento, es una oración".
Precisamente, el Papa Francisco ha insistido en varias ocasiones subrayando que el Sínodo no es un "parlamento", sino un "proceso" para escuchar y "meterse en juego con el Espíritu".
Cabe señalar que el Sínodo sobre la Sinodalidad, que comenzó en 2021 y se extenderá hasta 2024, no tomará decisiones, pues su propósito no es normativo. Las conclusiones de la Asamblea son simplemente entregadas al Santo Padre para que determine si se redacta o no un documento.
Por otro lado, el Sínodo sobre la Sinodalidad tendrá lugar en dos etapas finales, en octubre de este año y en octubre de 2024 Fue precedido por una larga fase de consulta en todas las diócesis del mundo, lo que luego se proyectó a nivel regional, continental y general.
El resultado fue un documento de trabajo que resume las distintas observaciones y que, entre otras cosas, afirma: "De todos los continentes llega un llamamiento para que las mujeres católicas sean valoradas ante todo como miembros bautizados e iguales del Pueblo de Dios".
La Secretaría del Sínodo anunció el 20 de abril que el Instrumentum laboris estará listo a finales de mayo. Se trata de un texto guía que servirá para profundizar, durante la asamblea de octubre, en las preocupaciones pastorales y prioridades que han surgido a nivel local.