El Obispado de Urgel (España) ha cerrado la iglesia de San Roque en la localidad de Farrera, situada en la región de Pallars Superior, en Lérida, después de que fuera invadida y profanada por un grupo de 'okupas'.
En un comunicado, el Obispado expone cómo el pasado 29 de marzo "un pequeño grupo de personas autodenominadas 'artistas'" entraron sin permiso en el templo.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Así, "colocaron una serie de supuestas 'obras de arte' e hicieron una escenificación incompatible con las finalidades del templo, ofendiendo los sentimientos religiosos" de los católicos.
Los vecinos del pueblo fueron los que alertaron a la autoridad eclesial, refiriendo "haber recibido amenazas de causar daños" en la iglesia, así como "intentos de coacción".
El Obispado tomó la decisión de cerrar el lugar sagrado, pero "con un gesto de buena voluntad" buscó acordar con estas personas la retirada de las obras, lo que se fijó para el pasado día 21 de abril.
Esta operación se retrasó hasta este martes 25 por un acontecimiento casual.
El comunicado de la Diócesis de Urgel señala que, al llegar, los "artistas" amenazaron "con ocupar el templo y no salir de él".
También habrían coaccionado a los presentes "con causar daños en la puerta de acceso, con expresiones y actitudes que vulneran el derecho fundamental a la libertad religiosa", así como a la propiedad privada.
El Obispado lamenta "las amenazas, coacciones y el espectáculo que se quiere crear ante los medios de comunicación" con el objetivo de "dar eco a una actividad delictiva".
Al mismo tiempo, defiende que "no se trata de censura, ni de víctimas", sino de unos particulares que quieren apropiarse de forma indebida de un edificio "que no es suyo".
El comunicado subraya, además, que el templo se construyó "con los donativos y esfuerzo de los cristianos vecinos de Farrera".
El Obispado recuerda que "tiene el deber de velar y garantizar que ningún particular pueda apropiarse de un templo que es propiedad de la Iglesia".
En consecuencia, ha denunciado ante la policía autonómica los hechos "y se reserva las acciones legales que procedan".